Traductor

sábado, 16 de julio de 2011

Ellos, los opositores


Ellos se juntan, ellos se preocupan (¿?), ellos piden cámaras, ellos hablan mucho pero hacen poco. Ellos son la oposición política uruguaya.

Durante mucho tiempo fuimos nosotros quienes ocupamos ese lugar, nos decían que poníamos palos en la rueda e impedíamos el desarrollo del país productivo que luego promovimos. Nosotros fuimos una oposición permanente que durante mucho tiempo buscó no ser solo un palo en la rueda sino una pertinaz llovizna de opinión que buscaba convencer a la sociedad que el camino era otro y no el que nos querían vender ellos (los de hoy).

Los hechos hablan por sí solos. Nosotros tenemos la firme convicción que si ellos estuvieran hoy en el lugar de nosotros, seguramente los números que hoy disfrutamos todos no fueran los que son y la torta no se hubiera repartido como la hacemos nosotros (que es mucho mejor a como la repartían ellos, por más que falte mejorar en el reparto).

Son muchos los aspectos en los que la oposición de hoy (ellos), se pisan el palito (que no es Pereyra, claro), pero hay uno en que de tanto pisárselo, los deja en ridícula posición contradictoria. Me refiero a la inseguridad y más precisamente en estos últimos días a la política carcelaria que viene implementando el Ministerio del Interior.

Todavía resuenan los titulares de prensa resaltando todo lo malo de nuestras cárceles que resta mejorar, obviando lo positivo que también refirió el Relator Especial de la OEA, Roberto Escobar Gil (que no es pariente de este perro, conste). Entre sus comentarios estuvo presente la excesiva aplicación de la prisión preventiva y la casi nula de medidas alternativas a la prisión. Lo dijo, pero como ello no es resorte del gobierno (Poder Ejecutivo – Ministerio del Interior), sino del Poder Judicial, no fue objeto de crítica por parte de ellos. Porque no les rinde pegarle a la Justicia, no sea cosa que se les ponga en contra, ¿vio?

Pero basta que el Ministro Bonomi exprese como sigue su política carcelaria (la primera en mucho tiempo que tiene un pienso, un proyecto a largo plazo que comenzó a ejecutarse y se basa en la rehabilitación de las personas privadas de libertad a través del trabajo, el estudio y el deporte), para que ellos aparezcan en bloque a alentar miedos en la población con una grosera falta a la verdad en sus apreciaciones.

Los alarmados ellos (Larrañaga, Mieres y Germán Cardozo), manifestaron expresiones tales como “para sacarse un problema de arriba el gobierno le devuelve presos a la sociedad en vez de reeducar” (G. Cardozo). Referencia hecha al proyecto de liberación de presos mediante la aplicación de medidas alternativas, tal como recomendara el visitante de la OEA (sí, aquel que fuera citado por ellos mismos para decir que nosotros no hacemos lo que había que hacer). ¿Alguien puede entender tanta hipocresía o incoherencia?

Además, referirse a la Ley de Humanización carcelaria del ex Ministro José Díaz como el antecedente inmediato y negativo de esta iniciativa es injusto pues quienes fueran liberados por aquella ley registraron un bajo índice de reincidencia. Asignarle a esa acción la causa del aumento de la inseguridad no solo es falso sino, malintencionado. Asimismo comparar esta iniciativa con aquella es un error pues no se trata de una liberación sin más sino en la aplicación lisa y llana de una de las recomendaciones del Relator de DDHH que nos visitara recientemente. Y significa también una prueba cierta que no hay improvisación en la materia sino un sistema proyectado desde hace mucho tiempo,  que fue objeto de estudio por parte de una comisión integrada por el Ministerio del Interior y la SCJ oportunamente, que hoy suma esa recomendación como fundamento.

El Senador Larrañaga expresó que “una iniciativa para liberar presos nos genera enormes interrogantes y dudas”, seguramente esas interrogantes y dudas hayan sido las mismas que lo llevaron a visitar el COMCAR recientemente, para conocer una realidad de la que debió tener conocimiento con mayor anticipación y no necesitar que viniera un extranjero para dar la voz de alerta. En eso, tampoco improvisamos nosotros, esta situación la conocíamos desde antes de asumir y así se denunció oportunamente. Pero no nos quedamos solo en la denuncia, se comenzó -desde el  inicio de la gestión- a trabajar para el nuevo modelo que ya está en marcha y que no se detiene por más que ellos pretendan otra cosa.

Hoy hay un proyecto penitenciario basado en la rehabilitación  y está en marcha.

Nosotros lo estamos construyendo.

Y ellos lo saben...

el hombre seguía levantando la pared,
el perro acompañaba, como siempre...


No hay comentarios:

Publicar un comentario