Foto: Natasha Vásquez/AFP |
The New York Times
El prestigioso medio norteamericano tuvo la honestidad periodística de publicar una investigación que echa por tierra los ríos de tinta escritos entonces donde fustigaban a Maduro por la crueldad de una acción como aquella que hoy se demuestra no fue suya. Encima, esta investigación se podría teñir de duda también -ante tanta noticia falsa difundida ya- en lo que concierne a la intencionalidad de quienes, se dice, prendieron fuego las gandolas de manera accidental. Pero, existe el video que sirvió de base a la investigación para despejar toda duda: fue accidental, (efectivamente, la mecha encendida de una molotov lanzada por un opositor al régimen chavista se desprende y sale hacia un costado cayendo encima de uno de los camiones dando inicio al foco ígneo, todo ello en territorio colombiano). Ver video
Menudo favor le han hecho a su causa los que se apresuraron a utilizar aquel hecho para llevar agua al molino opositor del régimen chavista, hoy sufren los coletazos de la mentira comprobada poniendo un manto de sospecha -de aquí en adelante- a todo lo que digan o difundan.
Por si fuera poco con esa maniobra mediática, tampoco fue cierto que el camión transportara medicinas (insumo que magnificaba la acción criminal de prender fuego aquella carga humanitaria). En realidad se trataba de insumos médicos pero no medicinas (guantes, tapabocas, etc.).
Lo que deja esto es una crisis de credibilidad que lejos de contribuir a una solución agrava el problema. Ahora es el tema de los apagones y su génesis. Mientras se acusa a Maduro por los mismos, desde el gobierno bolivariano hablan de un atentado a las centrales hidroeléctricas que abastecen de energía al país.
De un lado y otro
Las campañas de desinformación no son patrimonio de un solo bando, ambos lados de la contienda se han esforzado más por denigrar al otro sin importar cómo hacerlo, olvidando que en medio de esa puja está el pueblo venezolano que sufre las consecuencias. Porque el diferendo político no vino solo, con él se agravaron las condiciones de vida ante la escasez de alimentos y -ahora- la crisis energética que pone en serio riesgo la vida misma de la ciudadanía. Lejos de contribuir a una solución, las posturas de cada lado se han radicalizado con los últimos acontecimientos, sin que ninguna de las partes involucradas haya ensayado alguna clase de acercamiento que permita encausar el camino del diálogo propuesto.
En toda instancia de negociación es dable entender que haya renunciamientos, si ninguna de las partes está dispuesta a ello, mal podrán encontrar una salida en el corto plazo, lo cual incrementará el padecimiento de la gente. Como siempre, el hilo se corta por la parte más delgada...
El informe del NYTimes sirvió de punta de lanza para poner en duda todo lo que se diga de aquí en más sobre Venezuela. En esta puja de poderes, viene siendo tiempo ya que dejemos a los venezolanos resolver sus conflictos y que de una buena vez se sienten a dialogar para encontrar los caminos que le devuelvan al pueblo el lugar que merece, un lugar donde crecer y vivir en paz.
el hombre se llenó de dudas,
el perro mordisqueaba un diario...
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