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martes, 13 de octubre de 2015

Un pueblo con ONDA

Santiago y Alejandro Rivera, y la ONDA del pueblo
El viejo pueblo Mosquitos – hoy ciudad de Soca- está a escasos 50 km de Montevideo por Ruta Nacional Nº 8, Brigadier General Juan Antonio Lavalleja. Para este pueblo, devenido en ciudad hace varias décadas, los ómnibus de transporte de la ya desaparecida ONDA eran casi imprescindibles para su existencia. La Organización Nacional de Autobuses S.A., fue una empresa de transporte que mantuvo actividad entre los años 1935 a 1991, transitando por rutas nacionales uniendo todos los rincones del país y con sede central en el kilómetro cero de Montevideo, en la acera Sur de la Plaza Cagancha (hoy sede de oficinas judiciales).


Volvió el galgo al pueblo

Alejandro Rivera -junto a su hijo Santiago- nacieron en esta localidad y tienen arraigado este servicio desde su propia experiencia de vida. En ocasión de la celebración de las jornadas del patrimonio, tuvieron la oportunidad de regalarle a sus vecinos la experiencia de volver a revivir un paseo en uno de los recordados “camellos” de ONDA, que supieron trasladarlos tantas veces durante los años más fermentales del pueblo.

Orgullosamente estacionada sobre la Avda. Zenón Burgueño, la renovada unidad lucía sus mejores galas para deleite de los cientos de vecinos que hicieron frente al frío para volver a ser pasajeros por un día y recordar viejos tiempos.

Recreado: el viejo Parador Mosquitos, Agencia ONDA
Los mentores de esta recuperación patrimonial son oriundos de la ciudad y herederos de una de las instituciones vivientes que tiene el viejo Pueblo Mosquitos como es Julio Rivera, fundador de una pujante empresa de transporte nacional e internacional que hoy dirige su hijo Alejandro.

“Nosotros tenemos arraigada la ONDA de toda la vida, yo estudiaba en Montevideo y viajaba en ONDA, tenía un tío que trabajaba allí y creo que todos los pueblos del interior del país tienen la misma historia”, relataba con indisimulado orgullo Alejandro Rivera, dueño de esta unidad y promotor de la idea de su recuperación.

“Hacía tiempo que queríamos armar una cosa así, pero no se nos daba conseguir una unidad. Esta la conseguimos casi por casualidad; la misma pertenecía a la ANEP, y había sido adquirida por un particular en un remate. Un día iba por la ruta y la vi, seguí viaje pero no pude contenerme y me volví a preguntar si estaba a la venta y allí concreté el negocio” – relata. “No estaba ni pintada con los colores tradicionales, y nos empeñamos en reconstruirla con materiales originales... es toda original. Lo que no conseguimos acá lo mandamos traer del exterior. Hicimos los tapizados a nuevo, la suspensión se trajo de EEUU, se hicieron los frenos...todo reconstruido a cero kilómetro. Es un GMC “camello” del año 1971 con capacidad para 46 pasajeros sentados”, acotó Santiago Rivera, ataviado con el uniforme original de los guardas de antaño de esta empresa.

Esta unidad hacía la línea a Dolores y también viajes internacionales a Porto Alegre. La reconstrucción llevó tiempo y mucho dinero, pero sus dueños no esperan devolución alguna ni recuperar lo invertido. Su idea es compartir esta unidad con los vecinos y amigos del pueblo que los vio nacer y en donde comparten cada día sin otra devolución que construir esa memoria colectiva perdida de un tiempo pasado que se resiste a ser olvidado.

La ONDA, el Chaparro y "Cenizo" el mozo

El símbolo de esta empresa tan cara a todos los uruguayos es una figura canina. Un galgo que se estira en pleno salto y que da la impresión de acompañar el viaje, todo un mensaje implícito en una figura que representó por sí misma a una pujante empresa uruguaya de transporte interdepartamental de pasajeros. 

El espíritu de "Cenizo" anduvo sirviendo café con leche
Y si bien Soca tenía la particularidad de ser la primera parada oficial de los viajes que tomaban la vieja Ruta 8, era todo un ritual la espera -hasta con los motores encendidos- en el Parador Mosquitos, para tomar el popularmente conocido café con leche y medialuna (llegaban a venderse más de 1.200 por día). Ejemplo inocultable de la pujanza de una empresa que se hizo devorando kilómetros de carreteras llevando a los uruguayos a todos los rincones del país.

Precisamente en ese Parador Mosquitos trabajaba Roberto Espino, el popular “Mosca”. Encargado de encomiendas de la ONDA, quien tenía un amigo inseparable, su perro “Chaparro”. Religiosamente cumplía el ritual de ser el encargado de recibir el diario El País -que la ONDA se encargaba de distribuir a todo el interior- dejando un ejemplar de cortesía al popular “Mosca” de Soca.

El rito se repetía cada día a las 17 horas, cuando la ONDA cruzaba el puente sobre el arroyo Mosquitos y hacía sonar su bocina, Chaparro se instalaba en el frente del Parador Mosquitos a esperar el paquete que era entregado al vuelo, sin detener el vehículo que seguía muchas veces su ruta. Con el tesoro aprisionado en su hocico, Chaparro corría presto a entregarlo a su propietario en un ritual que se repetía todos los días.

Pasó el tiempo y la muerte sorprendió al “Mosca” Espino, sin tiempo para advertirle a su fiel compañero que ya no sería posible la entrega a tiempo de un ejemplar del diario. Sin embargo, cuentan quienes peinan canas, que durante mucho tiempo se podía ver a Chaparro esperando la ONDA de las cinco de la tarde para hacerse de aquel paquete que supo entregar durante tanto tiempo.

El frío se hacía intenso, en el Parador Mosquitos -sede de la antigua oficina de la ONDA- el olor al café con leche con medialunas trajeron a la memoria de muchos la figura del “Cenizo”, el popular mozo que atendió por muchos años el parador. 

Para algún visitante ocasional pasó inadvertido, pero para quienes aún lo recuerdan con cariño, el “Cenizo” estuvo presente en el aroma intenso de aquellas bebidas humeantes y en  los sabores recuperados de un patrimonio que no quiere entrar en el olvido. 



el hombre tocó la bocina,
 el perro ladró un recuerdo para Chaparro...

1 comentario:

  1. Excelente y muy emotiva nota, hasta alguna lagrima se me asomo a mis ojos luchando para no caer, gracias, muchisimas gracias a esta gente que muestra un cariño especial por lo que fue historia pura de un Uruguay que ya no esta.

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