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martes, 30 de junio de 2009

Confesión de parte

Llegó finalmente el día tan esperado de las primarias o elecciones internas uruguayas. A partir de este momento se dibuja plenamente el mapa político que disputará la Presidencia de la República en octubre próximo. Y vaya sorpresa que se dio cuando las encuestas pifiaron en un dato no menor como el de la concurrencia a las urnas de los uruguayos. Seguramente se comieron el dato meteorológico – hizo un frío tremendo- o en una de esas (me inclino por esta) fue tanto lo que preanunciaron, lo dijeron con tanta firmeza, que muchos uruguayos creyeron inocua su participación pues los resultados se daban como cantados. Seguramente algo de esto pasó principalmente con el Frente Amplio, donde también pesa aquello que identifica a esta fuerza, y que por la razón de los hechos pareció darse, en cuanto a que fuera quien fuera el candidato, al Frente Amplio lo hace su gente y no un líder.

Ya vivimos esta historia en el pasado cuando en las internas previas a la elección del 2004, blancos y colorados leyeron el resultado obtenido como un presagio de ganar en segunda vuelta y la realidad se encargó de hacerlo en primera con el FA victorioso en la instancia. Sabido es que hubiera sido mucho mejor marcar un predominio absoluto como primera fuerza, y no ver como superaron al FA por varios puntos, sin contar el 10% del Partido Colorado. Claro que me surgen dudas a rolete, y una de ellas es saber si los blancos son muchos más. Por lo pronto la inversión propagandística de esa fuerza superó con creces la de la fuerza de gobierno y tuvo su rendimiento a la luz de los resultados. La duda está en saber si crecen o dieron todo lo que tenían en la instancia. Por su parte en el FA quedó la sensación de que tiene mucho más para dar y que en las que duelen saldrá a relucir todo su potencial. Pero claro está que, para lograrlo, hay que convencer a esa porción inactiva que el domingo prefirió quedarse en casa o irse de vacaciones antes que apoyar con su voto. 

Seguramente pesara también la ventaja que dio Astori con su neumopatía aguda, lo que lo radió de la campaña más de un mes sin poder marcar presencia. Hoy parece ineludible cerrar la fórmula con los dos candidatos bien unidos, dando una clara señal de respaldo a una acción de gobierno que merece renovarse por otro período. Por lo pronto en este juego de ajedrez no siempre el que mueve primero tiene la mejor jugada. Sin embargo los blancos movieron y lo hicieron bien, abrochando una fórmula que deja en offside al vice por cuanto no tuvo el mismo gesto en la ocasión anterior y hoy sucumbe -sin vergüenza alguna de su parte- a ser ladero de aquel muerto al que la vida dio su revancha hoy. Ya tendrá tiempo -el Cuqui- para su venganza, por más que hoy se haga el desmemoriado. De hecho lo recordó tangencialmente cuando se refirió al momento sin que el Guapo se diera por aludido, pero como marcando que hay cosas que no se olvidan. Si algo no cambia es la poca habilidad para declarar que tiene el Guapo al momento de tener una cámara enfrente. Se le escuchó decir –cuando sufragaba en Paysandú- que no iba a hablar de fórmula todavía… y que “los zapallos (sic) se acomodan luego que el carro arranca…” 

En fin, que podría haber usado una mejor metáfora para referirse a sí mismo y no aludir a semejante comparación. Pero como dice una máxima del derecho penal, a confesión de parte, relevo de prueba. Cabe preguntarse si Lacalle lo eligió por sus cualidades políticas o si lo hizo sabedor de tener la dirección del carro sin importar la carga que lleva. 

el hombre manejaba el carro,
el perro iba atrás esquivando zapallos

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