Traductor

martes, 17 de agosto de 2021

La pandemia y los delitos: "¡Y pensar que me lo habían dicho!"

Fuente imagen: laberintolaboral.wordpress.com
Titular una columna -al menos en mi caso- responde a un proceso que dispare luego su contenido, por lo que el título debe sintetizar la idea a desarrollar en los párrafos siguientes. Esta vez recurro a un título que usé hace unos años para referirme a medidas dispuestas para atender la problemática de la seguridad en los espectáculos deportivos, particularmente el fútbol. Allí, en ocasión de la visita de un experto argentino a la Comisión de Seguridad del Senado, se deslizaron conceptos que venían siendo aplicados por la administración Bonomi, y -al mismo tiempo- habían sido relativizados y criticados por quienes hoy son gobierno. El tiempo quiso luego que no solo se aplicaran aquellas medidas con total éxito, sino que fueran reconocidas como adecuadas por quienes forman parte del gobierno actual. Lo concreto es que otra vez, con idénticos actores pero ocupando diferentes roles y responsabilidades, nos encontramos con un escenario parecido. Nos quisieron imponer un relato sobre la seguridad y los delitos que se cae a pedazos tras la publicación de sendos informes de expertos en seguridad pública, que comprobaron la razón de la baja de la criminalidad en tiempos de pandemia. La incidencia de la misma fue negada sistemáticamente por las autoridades que se apropiaron de los datos como fruto genuino de su gestión cuando, en honor a la verdad, fue el Covid 19 la razón principal de los resultados.

¡Y pensar que me lo habían dicho!!

miércoles, 11 de agosto de 2021

¿Un solo Uruguay?

Como no podía ser de otra manera no pasó mucho tiempo para que el bolsillo – el órgano más sensible de los uruguayos- empezara a mostrar los efectos de una política económica que pega sin miramientos. ¡Eso es democracia! – gritó uno al que rápidamente hicieron callar, mientras otros aprontaban las camionetas 4 x 4 para salir a cortar la rut… ¡Ah, no, esta vez no, las ponen al costado!!. Lo cierto es que, aunque les duele, el aumento sistemático de los combustibles impuesto por el gobierno que ellos mismos apoyaron, les molesta. Y eso que les dio aire suficiente hasta terminada la cosecha de sus productos. Además, hoy cuentan con el beneficio de los precios al alza que les permite acumular ingresos como en los mejores años de la era frenteamplista. Pero claro, aquello de derramar algo para el resto parece que era solo para el discurso y la realidad indica que ninguno de los indignados promotores de ese movimiento están dispuestos a ceder siquiera un poco de sus ganancias para Rentas Generales. ¿Por qué tenemos que subsidiar nosotros los problemas que no puede resolver Montevideo? – afirman, sin reparar que hoy reciben subsidios que tienen su fuente de financiamiento en impuestos que pagamos todos. Al final, son un movimiento que se indigna cuando afectan sus intereses pero acepta gustoso que otros afectados solventen sus beneficios. No será mirándose el ombligo que se saldrá adelante y si bien el Uruguay es uno solo, nadie se salva en soledad y menos excluyendo a los trabajadores…

martes, 3 de agosto de 2021

El factor "F"

No fue necesario esperar mucho, tan solo que aflojara un poco la pandemia para que se le empezaran a ver claramente las patas a esta "sota" que había prometido "los mejores 5 años" de nuestras vidas. La excusa perfecta fue una crisis sanitaria de escala mundial que supo utilizar muy bien quien prometiera lo que sabía no iba a cumplir nunca y, con mucha habilidad, se encargó de imponer que "estaba bueno cambiar". Hoy empiezan a crecer los desencantados que creyeron a aquel flautista que cambió el instrumento musical por un micrófono y prometía abiertamente que se había terminado el tiempo de las subas de tarifas y combustibles… "se terminó!!"... ¿Se terminó? Nada más lejos de esa afirmación, la triste realidad es una de las peores mentiras mejor vendidas de los últimos ciclos electorales. Bueno, a decir verdad, es la misma mentira que había vendido "el árbol" (cuyo fruto hoy nos gobierna), en la década de los '90 cuando impuso aquello del gasoil sin impuestos, entre otras falacias incumplidas pero no tan distintas de las actuales. Hoy, cuando ya es inverosímil cualquier excusa para justificar la impericia propia de su gestión, aparece -como una genialidad digna del Chicho de la dictadura- el promocionado "Factor X", para justificar la suba del combustible. La obra maestra de quienes hacen uso del poder con una discrecionalidad que barre hasta con los incrédulos que les creyeron antes y hoy empiezan a ver cómo y cuánto les mintieron. Pero no contaban con un factor mucho más poderoso que se construye colectivamente y al influjo del descontento que provoca una gestión de espaldas a la gente. Un factor con músculo social y que solo precisó de una lapicera… el Factor "F"

domingo, 25 de julio de 2021

En la nube de gases

Mientras seguimos esperando el tan promocionado derrame, el gobierno sigue fiel a su libreto donde los más infelices siguen siendo tales y los más privilegiados disfrutan holgados su malla oro. Lejos de las promesas de campaña - devenidas en mentiras descaradas- la pandemia empieza a dejar de ser la excusa perfecta dejando en evidencia los (d)efectos de gestión. A todo esto, la "Agencia de Publicidad" sigue aferrada en imponer relatos que poco a poco empiezan a caerse mientras la entrega del puerto a una multinacional en régimen de monopolio exclusivo se consolida como el mayor acto de entrega de soberanía en el último siglo de existencia republicana. El Presidente se disfraza según la ocasión -los Juegos Olímpicos no serían la excepción- pero sufre y desespera con los dichos de José "Pepe" Mujica, quien lo deja en incómoda posición cada vez que dispara sus certeros comentarios. La nube de gases que rodea a la nueva administración le está afectando y se nota. La soberbia empieza a cobrar cuentas generando un mal humor social que elude el cerco mediático que ya no puede disimular una realidad que le duele a muchos uruguayos…

domingo, 18 de julio de 2021

¿Hay orden de NO registrar?

Fuente imagen: Amazon.com
La emblemática frase de Aparicio Saravia ("Hay orden de no aflojar"), con la que arengaba en el frente de batalla, fue objeto de mucho debate cuando tras el fallecimiento de Jorge Larrañaga, se pintó en la sede de la Zona Operacional V de la Jefatura de Policía de Montevideo. Hoy parece ser que la orden sería otra, de confirmarse lo que estampó un jerarca -hoy destituido y preso- de la Jefatura de Policía de Maldonado, tras una escucha telefónica que lo implicaba en delitos de abuso de funciones entre otros. La cuestión es que tras la comparecencia del Ministro del Interior a la Comisión de Seguridad y Convivencia del Senado, fue consultado sobre el punto y desmintió tal directiva. Sin embargo son muchas las cuestiones que ponen en duda -una vez más- los datos de delitos recientemente divulgados. A la comparación con FUNDAPRO y las toneladas de droga que siguen pasando por el puerto de Montevideo, se le sumaron las interrogantes emitidas por los miembros de la comisión entre las que el malestar de la DEA y la policía española son sólo algunas. Si bien el Ministro esbozó algunas respuestas, ninguna contó con el aval documental que diera por contestadas plenamente las mismas. El compromiso de seguir aportando información quedó plasmado, aunque a estar por los antecedentes del hoy titular de la cartera de Interior en su paso por el MTOP, las dudas tienen base y fundamento para seguir siendo dudas. La cuestión es clara: ¿hay orden de NO registrar denuncias?... 

lunes, 12 de julio de 2021

La culpa no es de la sota…


La sota es “en la baraja española, cada una de las cuatro cartas que llevan un paje o infante”, según una de las varias definiciones que contempla el diccionario de la RAE. También es utilizada para referirse a “una mujer insolente o desvergonzada” (sic); pero también hay otra referencia (muy rioplatense, por supuesto), que establece el uso de esa palabra para referirse a una “persona que finge no saber o no conocer” sobre algún tema. Es decir –y vaya una autorreferencial apreciación- hacerse el sota sería lo mismo que hacerse el gil (sin llegar a un Perro Gil, claro). Lo concreto en este último punto es que pretender echarle todas las culpas a la pobre figura de la baraja española es un ejercicio de autocomplacencia que no basta para justificar lo que nos está ocurriendo por estos tiempos. No podrán hacerse “los sotas” por más tiempo ante las urgencias que viene sosteniendo el pueblo uruguayo que empieza a despabilarse tras promesas incumplidas que se traducen en aumentos de impuestos y deterioro del salario de los trabajadores. No señores, la sota no tiene ninguna culpa y no acudan a su imagen para disfrazar lo que empieza a develarse de manera más que notoria cuando vamos a ejercer un simple acto ciudadano como el de querer adquirir alimentos o pretender estar al día con nuestras obligaciones ciudadanas. La culpa también es nuestra, obviamente, pero a escasos meses de una nueva administración, las patas de la señora en cuestión se empiezan a ver claramente y el malhumor social se manifiesta en las colas de los supermercados, en los puestos de las ferias y en los barrios.