Los sobreprecios de Pedro

Fuente: bonilla.com.uy

Uno solo fue el mejor postor, no hubo necesidad de llegar a una subasta “a la holandesa”, y en tan solo siete minutos, se fueron los Bombardier de la ex PLUNA. Una empresa de capitales españoles (¿serán tan giles como el suscrito?), pagaron un sobreprecio de 57 millones de dólares por siete aviones que -aseguraban- no eran atractivos para el mercado. Pagaron por cada avión 19,57 millones, cuando varios (entre ellos Pedro Bordaberry), decían -y aún sostienen- que su valor es inferior. Pero no es este el único sobreprecio que atribuye el líder colorado... 

Incontinencia twittera

Ante lo que fue el cese de PLUNA y luego del fallido intento de la primera subasta, el twittero colorado se empalagó con los hechos y vaticinó un fracaso rotundo del gobierno ante lo que parecía un desinterés por los aviones objeto de la almoneda. Rápidamente -fiel al estilo twitter- lanzó su vaticinio mercadotécnico con una cifra de 80 millones como tope para la subasta que tuvo un mentís absoluto que duró tan solo siete minutos. Quizás el mismo tiempo que dedicará para reconocer su yerro mientras piensa en un nuevo tema para descalificar al gobierno.

Parece sugestivo también que no fuera el único que saliera al ruedo para tentar a la baja una subasta que nos importaba a todos los uruguayos -por lo menos a los que tenemos conciencia que las deudas públicas las pagamos todos. En efecto, el empresario argentino dueño de Buquebús (López Mena), salió a criticar la forma de la liquidación afirmando que  basta con que venga “¿... un narcotraficante y porque pague 130 millones le dan la línea?”. No fueron 130, fueron 137 y si Cosmo es propiedad de narcotraficantes, no lo sabemos. Pero sí que pagaron un aval de 14 millones y que en 30 días el fideicomiso de PLUNA S.A. deberá resolver la compra.

Con los hechos a la vista, y en este primer tiempo de un partido que nos importa mucho, parece claro que tanto el twittero en cuestión como el empresario rioplatense, le erraron feo. Los aviones fueron objeto de subasta y el Estado cubre con el producido, lo que adeuda por los mismos a la banca que prestó su aval para la compra. En ese punto empatamos sin necesidad de tiempo extra.

Seguramente la avidez por encontrar errores al gobierno, llevó al impulsivo twittero a emitir su juicio anticipadamente, total, él sabe que luego vendrán otros twitts que tapen esas metidas de pata. Tal incontinencia twittera deja muchos flancos indefensos al punto que nos hacen dudar si en realidad es el autor de las tecleadas en el programa del pajarito.

Porque también twitteó el 30 de setiembre: “Esta bueno: el Observatorio del Ministerio del Interior critica al Ministerio del Interior y sus datos”  y citó la nota del diario La República que hacía referencia a datos del Observatorio... del Sistema Judicial!!! Este sobreprecio es insólito, porque atribuye autorías que están más que claras en el comienzo mismo de la nota, y deja claro que lo que importa es deformar usando el twitter para generar noticias que luego otros multiplican sin tomarse el tiempo para leer los contenidos. Total, lo dijo Pedro... debe ser cierto... ¡¡pero no lo es!!

A tal punto que parece una hipocresía que se pregunte en otro twitt: “Porque esa constante intención de regular comunicación? http://bit.ly/Sv0N4q”. Buscando sumar a  los medios de prensa y sin detenerse a pensar un instante si no es una buena medida regular la publicidad (no la comunicación), dirigida a los niños. Porque la nota refiere a la regulación de la publicidad dirigida a los más chicos y, vaya paradoja, tomando como ejemplo legislaciones de países como Suecia, Dinamarca, Finlandia, Bélgica o Canadá, que son países que el propio Bordaberry citó como ejemplo en el debate por la baja de la edad de imputabilidad que se grabara el lunes pasado en estudios de Nuevo Siglo.

Muchos sobreprecios en ese “todo vale” que se vuelve consigna en alguien que tiene aspiraciones de llegar a la Presidencia de la República, no parece ser lo más adecuado. Las mentiras tienen patas cortas y, la deformación de la realidad, no admite mucho tiempo, dadas las nuevas tecnologías y la accesibilidad de la que gozamos los uruguayos hoy.

Por otra parte, la oportunidad de hacer de los temas de seguridad su estandarte, parece agotarse cada vez más. Los resultados que refleja el Observatorio del Ministerio del Interior, ese que goza de un prestigio que nadie discute, son alentadores no solo para el gobierno sino para toda la sociedad uruguaya que recupera la confianza en la Policía y baja ostensiblemente su percepción de inseguridad.

Si esto sigue así y se confirma la tendencia, se quedan sin argumentos y el miedo ya no será rentable... ni siquiera por twitter.

el hombre bajó el martillo a los siete minutos,
el perro ni tiempo tuvo para ladrar...