Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.
Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.
—Martin Niemöller
El atentado perpetrado en el domicilio de la Dra. Mónica Ferrero es un parte aguas en la situación que vive la penillanura levemente ondulada de este rincón del sur americano. Sin embargo, no por grave es algo inesperado pues esta es la más audaz de un cúmulo de acciones que la precedieron y que han ido escalando. Tampoco es una simple consecuencia sino que responde a la falta de previsión (por pensar lo menos) y a la idea refundacional que primó en la pasada administración cortando una política de seguridad que había trascendido a los partidos. Lejos de continuar se debilitó y aquellos lodos que fueron produciéndose por décadas empiezan a consolidarse en gruesos y pesados barros donde la violencia extrema es su principal condimento.