De lo que no se habla

Fuente: fotolog.com

19 docentes resolvieron un paro que afectaría a 100.000 estudiantes (que por suerte o porque primó el sentido común, fueron muchos menos porque en muchos locales se impartió clases con normalidad). Lo insólito de todo esto es hacer responsable de todo lo que pasa en los liceos al Ministro del Interior, como si fuera este quien detenta el poder absoluto de devolver los valores perdidos en los centros de enseñanza, donde -paradójicamente- quienes reclaman eso son quienes “abandonan” muchas veces la noble tarea de inculcarlos a las nuevas generaciones. Máxime si se pretende, con un paro de actividades, devolver a la educación lo que se perdió durante tanto tiempo y cuando lo que hace falta, precisamente, es tiempo de aulas que hoy se niegan con acciones como esta.

Lo importante es invisible a los... noticieros

Lo más triste de todo es precisamente de lo que no se habla. Porque solo tomó estado público la noticia de la suspensión de una actividad sin hacer foco en lo que se perdía con esa medida, y, en cambio, haciéndolo en lo que muy poco aporta a la discusión. 

En efecto, hoy se habló con insistencia de la no presencia del ministro Bonomi ante lo que se dejó ver como una medida sin sentido contra su investidura, haciéndolo responsable absoluto de todo cuanto pasa en  los centros educativos, cuando es precisamente el impulsor principal de una nueva forma de encarar los problemas de convivencia que también alcanza a los institutos de enseñanza.

La incorporación de 150 policías exclusivamente destinados a tareas de prevención y seguridad en los liceos, marcó un antes y un después en la gestión, medida que reconocen todos los protagonistas de la educación, menos -al parecer- 19 docentes que decidieron un paro para este 9 de octubre del año en curso.

La estrategia por la vida y la convivencia también tuvo su capítulo dedicado a los medios de enseñanza creando la figura de los Jóvenes Mediadores, lo cual viene siendo instrumentado junto a las autoridades de la educación. Programas como Pelota al Medio a la Esperanza buscan precisamente ser un nexo con los jóvenes estudiantes  para que la estrategia se concrete con acciones como de la que no se habló en esta oportunidad.

Porque nadie habló de lo más importante y, en cambio, trascendieron otros temas que quitaron el protagonismo a los jóvenes estudiantes del Liceo N° 24 “Carlos Sabat Ercasty”, que tuvieron la osadía de instrumentar lo que no pudieron hacer los adultos (entre ellos los propios docentes del Liceo N° 24), como es la creación de un “Código de Convivencia”, hecho que les mereció el primer premio de un concurso que no pudo tener premiación porque así lo decidieron 19 docentes en una asamblea.

El número poco importa, a esta altura de los acontecimientos, y será un tema que deberán resolver el resto de los representados por esa cantidad de voluntades. No es un tema que nos competa a nosotros ni a nadie dirimir más que a ellos. Pero lo cierto es que tras esa resolución, hubieron unos estudiantes que no pudieron mostrar al Uruguay el fruto de su trabajo que le mereció el reconocimiento como los mejores en un concurso que apostó por ellos sin equivocarse.

Nadie habló de lo que había que hablar...

(fundamentación Jurado del Concurso "Proyecto de Convivencia")

“El proyecto “Conviviendo Juntos por un lugar mejor”, elaborado por alumnos del grupo de Segundo Dos (2º 2) del Liceo 24 propuso “elaborar por parte de los alumnos del Liceo un Código de Convivencia que regule el funcionamiento del centro de estudios, recuperar espacios deportivos y recreativos en el liceo, y adquirir equipamiento de juegos para mejorar el uso del tiempo libre durante los recreos”.

La iniciativa surge de un grupo de estudiantes que, al analizar la propuesta del Concurso se interpeló sobre el significado del verbo “convivir”. En ese contexto surgió que “era imposible hablar de construir la convivencia sin remitirse a ciertos valores; como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la confianza, el compromiso y por sobre todas las cosas, el compañerismo, los cuales se han venido deteriorando a través del tiempo”, señala el proyecto presentado. En función de esto, el documento de la iniciativa asegura que “pensamos que planificando una serie de actividades de tipo recreativas y deportivas, se podría incentivar a mejorar los conflictos que se presentan dentro de la clase, en los recreos, así como en el horario de salida. Los mismos -aseguran en el proyecto- se manifiestan a través de maltratos fìsicos, verbales entre compañeros, e incluso dirigido a algún docente. A esto se le suman, destrozos en infraestructuras, tales como bancos, escritorios, pizarrones, papeleras y puertas”.

La propuesta del grupo fue entonces por un lado, mejorar y adecuar un espacio dentro del liceo para la actividad deportiva y recreativa , y a su vez, establecer acuerdos entre los estudiantes para elaborar un Código de Convivencia que permita mejorar el relacionamiento en el liceo. Para esto, se proponen formar un equipo de trabajo integrado por estudiantes, realizar un diagnóstico de la situación en cuanto a conductas inapropiadas, plantear objetivos claros, concretos y coherentes; y, proponer y debatir con los estudiantes un Código de Convivencia para que sea cumplido por todos.

Es de destacar, que la propuesta presentada se plantea abordar el problema de la convivencia de forma amplia, asegurando infraestructura y materiales que permitan el uso del tiempo libre y también acordando reglas compartidas para convivir. La iniciativa de elaborar un Código de Convivencia nacida por estudiantes de segundo año tiene un valor relevante en un centro de estudios donde los docentes luego de debatir desde marzo a julio una propuesta de reglamento de convivencia en el liceo, no alcanzaron ningún acuerdo y desistieron de este instrumento, según ha informado la directora del liceo. En ese contexto, la iniciativa de los estudiantes refuerza el convencimiento de la necesidad de darle voz y decisión a los jóvenes, confiando en ellos y respaldando iniciativas que sin duda serán un ejemplo para otros liceos y también para los adultos.”

Esto es, en definitiva, de lo que no se habla...

el hombre quiso hablar,
el perro también quería ladrar lo suyo...