Fuente imagen: muycomputer.com |
Cuando quiero poner sorry... me escribe sorete
Se los digo con propiedad. A mí me pasa todos los días cuando intento escribir un mensaje tan simple como pedir disculpas con estilo británico. El maldito aparato de última generación me cambia las palabras y en la vorágine diaria lo envío sin reparar que en lugar del sorry dispara un "sorete" que impunemente me deja en la indefensión más absoluta por cuanto la lluvia de respuestas irreproducibles a tan infame mensaje, se convierte en una catarata inevitable de enojosas devoluciones que las más de las veces no puedo revertir.
En suma: mi lista de amigos o conocidos es inversamente proporcional a los "sorry" que envié últimamente...
A la ex ministra le debió pasar algo parecido. El lenguage predictivo es el culpable de tan burdo mensaje, seguramente, y lo que a un servidor le ocurrió, debió pasarle a la diputada quien en el fragor "tecladístico", metió mal el dedo o le cambiaron palabras sin que hubiera advertido la profundidad de los cambios.
Sin ir más lejos, días pasados mandé un mensaje a un conocido amigo mío, y entre las palabras solté un "venite" con la ingenuidad de quien usaba tranquilamente los sms de los aparatos celulares anteriores al android de última generación que hoy padezco. La cuestión es que aquel venite imaginado salió como un "besote" y ahora me tengo que bancar las cargadas de quienes me atribuyen ciertas costumbres que no debieran importarme (ni me importan) en tiempos de igualdad de derechos y reconocimientos de identidades sexuales varias.
A una ex amiga (ex por culpa también de un sms deformado por la predicción incontinente del android maldito), le quise poner el otro día "te mandé un mensaje en twits" y le llegó "te mandé un mensaje en yegua", con lo cual no solo que no esperaba el contenido del correo en femenino equino, sino que se pensó que la trataba de yegua a secas. La puteada me vino entera y sin espacios, como para darme cuenta que ya no era más amiga mía. De haber sabido tal reacción le hubiera espetado sin más el yegua sugerido sin necesidad de sustitución tecnológica alguna.
El mensaje de la diputada salió en las redes - lo que no está en las redes no está en el mundo-, y mal podríamos inferir entonces, en pleno siglo de las comunicaciones, que eso quedara en un íntimo y cerrado círculo.
Ese mensaje -voluntariamente escrito o derivado de avances tecnológicos como el que padecí- ya no pertenece a su mentora. Las redes se apropiaron del mismo y hoy son parte del espacio virtual que se regocija de este tipo de chusmeríos que poco o nada aportan, pero que hacen parte del diario acontecer.
Si algo bastaba para dar por el mensaje lo que el mensaje vale, era saber qué pensaba el aludido. Así fue como el propio Mujica dio por terminado el incidente con el aprecio que siente por una "muchacha a la que le tengo mucha simpatía. A veces se toma un par de copas y se le va un poco la marca, pero es macanuda. Es una gorda macanuda. Son cuestiones de momento, dijera la crónica policial..." (según cita a Radio Sarandí una crónica de Montevideo Portal)
La tecnología tiene que hacerse cargo de una buena vez de todo esto... porque cuando quise escribir sorry, no quería decir sorete... ¿ta?
el hombre redactó el mensaje,
el perro ladró puteando igual que siempre...
el perro ladró puteando igual que siempre...
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