Fuente imagen: deriojanos.com.ar |
La recientemente sancionada ley de faltas se puso en práctica y los primeros casos de personas a las que se les impuso trabajo comunitario como sanción, tuvieron el agregado inesperado de contar con una figura pública del deporte. Algo que no debiera sorprendernos por cuanto la calidad de ser alguien notorio no inhibe a la Justicia, pero lo que sí rechina es la “otra sanción”. Esa que no dispuso ningún Juez de Faltas, y que no es otra que la difusión del cumplimiento teniéndolo como protagonista principal del show.
La “otra pena”
El jugador del C. A. Peñarol, Jorge “Japo” Rodríguez había sufrido un accidente en la rambla portuaria, en el cual tuvo la infeliz actitud de negar su participación haciendo declaraciones -también infelices- por las redes sociales. Las consecuencias de su accionar le merecieron debutar con una ley de faltas que lo tendría a él como uno de los primeros sancionados.
Seguramente muchos compartan que el hecho de la difusión pública de la sanción cumplida por el jugador tendría como rebote que otros jóvenes -o no tan jóvenes- reflexionaran sobre ese tipo de comportamiento social que ya no será sin consecuencias. Puede ser esa una lectura válida... o no, en esto no hay verdades absolutas.
Lo bueno es difundir que la sociedad uruguaya se da a sí misma una vacuna contra ciertas conductas que afectaron su convivencia, como forma de corregir a tiempo y sin llegar a la privación de libertad sin más. Devolverle al colectivo -con tareas comunitarias- lo que el transgresor afectó con su falta, no está mal y así lo reconocen hasta los propios protagonistas.
Pero hay algo que se debe entender por parte de quien porta un micrófono, una cámara o un grabador, y es que hacer de un sancionado el objetivo principal de su “noticia”, puede encerrar el triste mensaje de una pena adicional que ningún Juez dispuso. Es decir, darle difusión pública al trabajo comunitario de Jorge Rodríguez, fue un aditivo que no contó con respaldo judicial ni legal, y que se mitiga -notoriamente- con la complacencia del involucrado dando declaraciones.
Seguramente se piense y diga que esto último justifica y disipa cualquier responsabilidad de los medios que difundieron imágenes y declaraciones del involucrado, sin embargo debiera repensarse el tema y abandonar -siquiera por un minuto- el show que parece ser el único objetivo.
Desde el lugar que nos toca estar hemos negado cualquier información que pudiere afectar a los involucrados en esta nueva herramienta que se impuso la sociedad uruguaya, convencidos que la sola sanción impuesta por el Juez es suficiente para corregir las conductas de los infractores; y que si hay algo que difundir es la estricta aplicación del instrumento sin personalizarlo en nadie en particular, sino a todos por igual.
No estamos de acuerdo con el “show”, sí con la difusión responsable de un instrumento que comenzó a aplicarse y que tiene a la ciudad como principal beneficiaria del trabajo comunitario de los sancionados por una falta. Basta con que los vecinos conozcan que lo que una vez fue alterado por una inconducta social, es recompuesto por los responsables y que ello se hace con dignidad y respeto por la persona que cumple la sanción.
Asimismo, reconforta que muchos de los que cumplieron estos primeros trabajos, ven allí una oportunidad para repensarse y reflexionar sobre su conducta, y lo que es mucho más alentador, manifiestan satisfacción por las tareas que realizan. Ese es el mejor mensaje, sin dudas.
Bienvenida sea esta herramienta que se presenta como una oportunidad para reflexionar y recomponer lo que en un momento de irresponsable accionar, pudieron afectar los involucrados.
Sin show mediático, también se puede informar aportando sustantivamente en la mejora de la convivencia.
el hombre barría una plaza,
el perro acompañó y aprovechó la vuelta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario