Se maneja que hay un alto porcentaje de descontentos que se traducen en más de 10 puntos de intención de voto si hoy fueran las elecciones nacionales. Comparado con el período anterior, a esta altura el FA recogía una intención ampliamente superior y algunos se frotan las manos esperando recoger algunos de esos “descontentos” que hoy no están conformes con el gobierno. Sin embargo no debieran esperar otra cosa que una reacción frenteamplista. El Frente Amplio es una coalición de partidos al mismo tiempo que un movimiento de bases, y -llegado el momento- siempre se alinean tras el objetivo común que hace a esta fuerza política única en el país y ejemplo para el mundo: la unidad en la diversidad. Hoy se muestran rebeldes, disconformes, se lo hacen saber a la dirigencia, reclaman como si no los hubieran votado. Es precisamente esa exigencia la que moviliza y renueva el intercambio de ideas. Es la levadura necesaria para los tiempos que se avecinan en plena etapa pre-congresal donde se definirá el programa de gobierno futuro. Somos inconformistas porque somos frenteamplistas, pero… como tales, sabemos que el instrumento sigue siendo el Frente Amplio.
Espacio de notas de opinión escritas por su autor Fernando Gil Díaz - "El Perro Gil"
jueves, 4 de octubre de 2018
jueves, 27 de septiembre de 2018
ASFAVIDE: 6 años contra la corriente
Sufrieron y lloraron; murieron el día que les arrebataron sus afectos a manos de una delincuencia que no reparó en el daño que causaba sino en su interés por obtener algo a cualquier precio. Sortearon ese sufrimiento apelando a una receta distinta, totalmente contraria a lo que la corriente de opinión imperante sugería (el odio o la venganza). Fueron rescatadas con otro instrumento mucho más poderoso que la sed de revancha, las rescató el amor de esos afectos perdidos. Pusieron la otra mejilla y recogieron el mejor premio en la reconciliación con los responsables del dolor sufrido. Son ASFAVIDE, víctimas de la delincuencia que no piden venganza sino justicia, y lo hacen a contracorriente…
martes, 18 de septiembre de 2018
Frontera colada
No… no es el nombre de un cóctel de verano ni mucho menos, es el concepto que le merece a un preocupado Senador que descubre ahora los intersticios perennes de la frontera uruguaya inserta en una región donde prima el concepto de la “libre circulación de personas”. Se insiste en enumerar fallas a partir de trascendidos de prensa sin que ello inspire por el contrario, a reclamar la intervención de la Justicia uruguaya - que sería lo más adecuado- antes que flamear recortes de diarios argentinos. Mientras tanto, “el colador” uruguayo es lo suficientemente calado como para permitir el pasaje libre de un montón de dólares argentinos que -dicen- entraron y salieron por nuestro país sin que halla pruebas de ello, más que los anuncios de prensa ampliamente consumidos por el tribuno uruguayo.
jueves, 13 de septiembre de 2018
Manden sólidos!
Me acompañó durante muchas mañanas en que trabajaba en un comercio gastronómico familiar, eran tiempos de la Guerra de las Malvinas, y nuestro país aún padecía una dictadura cívico militar que empezaba a preparar las valijas tras la estrepitosa derrota del plebiscito del ‘80. Desde la radio, junto a Sonia Carrero, llenaba nuestras mañanas de trabajo y empezaba a contagiarnos con frases que quedarán para la posteridad y que incorporamos como propias. “Manden sólidos” o “evitemos las expresiones de júbilo”, se hicieron parte de nuestro vocabulario. El autor de las mismas fue un comunicador diferente, alguien que se presentaba como uno de nosotros mismos y al que se podía acceder fácilmente pues, “el flaco” - Omar Gutiérrez – ,era un tipo de puertas abiertas para todos. Se fue a pedir sólidos a otros barrios, y los que disfrutamos su trabajo lo vamos a extrañar recordándolo con la sonrisa que se merece.
viernes, 7 de septiembre de 2018
Dioses distintos...
Ellos tienen su Dios, o por lo menos se quedaron con una mano de la divinidad a la que le deben un mundial. Ellos veneran a otros dioses, se encandilan con sus luces, gustan ser los hermanos mayores, los que la saben toda, los dueños de la viveza criolla. Ellos dicen ser los creadores del dulce de leche, del asado más grande del mundo. Ellos sostienen que Gardel es francés (si hubieran podido decir que era argentino hacía rato que eso estaría patentado), pero se aferran como a un rencor a reconocer siquiera la posibilidad de que sea uruguayo. Ellos se apropiaron de La Cumparsita y la hicieron pasar como suya en eventos de corte mundial sin reconocer que esa sí, sin lugar a ninguna duda, es más uruguaya que el dulce de leche, que Gardel o que la viveza criolla. Ellos adoran al Dios “dinero” pero se les escurre cada vez en alas de las “golondrinas” que no harán verano pero hacen sus “agostos” argentinos cada vez que pueden. Mientras, de este lado del Plata, nosotros, los hermanos menores, los chicos, los inexplicables de la historia, disfrutamos de la calma y la estabilidad financiera. Nosotros, los uruguayos lo tenemos a él… al Dios de pelo blanco, cara seria y poco empática, discurso mesurado pero sólido, respaldado por más de década y media de medidas acertadas que hoy marcan la diferencia. Nosotros, lo tenemos a Danilo...
jueves, 30 de agosto de 2018
Espejos argentinos...
No hace mucho tiempo atrás al mínimo resfrío argentino sobrevenía la peor pulmonía uruguaya, producto de una economía argentino dependiente (con Brasil pasaba parecido); eso fue así hasta que sufrimos la peor de las crisis de nuestra corta historia en el año 2002. Entonces, fuimos la sangría obligada de los capitales golondrinas que usaban al Uruguay como refugio temporal de sus dineros por obra y gracia de una política que buscaba ser plaza financiera de la región. Por lo menos, esa era la intención de un Presidente “divertido” que terminó pidiendo perdón -entre lágrimas- a su par argentino, por un exabrupto muy celebrado allende el Plata. Luego de la crisis, llegaría la izquierda al Gobierno y otra forma de hacer frente a la política económica, más allá del ocasional viento de cola -que duró menos de lo que quieren hacer creer algunos- y marcó década y media continua de crecimiento ininterrumpido. En medio de ese ciclo económico virtuoso, el “país hermano” cortó los puentes binacionales y aprendimos a vivir sin su apoyo pero, con pasteras propias y mercados nuevos, nos abrimos al mundo y Uruguay ya no depende sino de sí mismo...
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