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viernes, 17 de junio de 2016

De los tanques rusos a las redes sociales

En tiempos de la guerra fría en el país se produjo una feroz campaña desinformativa que aludía a la llegada de tanques rusos que aplastarían a la población uruguaya así como que se llevarían a nuestros niños, de ganar una fuerza política que nacía a la vida electoral por esos días. Ha pasado mucho tiempo y pareciera que aquellos métodos se mantienen intactos aunque muten las formas o los instrumentos. Ya no son tanques, ni son gente con barba (aunque siguen siendo sospechosos), ahora se ocultan detrás de un teclado, se transmiten por fibra óptica y se viralizan en las pantallas (de los PC's primero y de la TV casi de inmediato). Son las redes sociales las protagonistas de este tiempo que se lleva todo por delante al ritmo de un tweet...

sábado, 11 de junio de 2016

“Chiche” público en Santa Lucía del Este

Nelson “Chiche” Ivaldi es un vecino del balneario Santa Lucía del Este al que conocí por culpa de un número. Es que tan solo un número, de los nueve que identifican mi servicio de telefonía móvil, me separaba del suyo, y el mismo Chiche, padeció los avatares de un servicio de alta demanda que por error marcaba su servicio cual si fuera el mío. Ese hecho fortuito lo puso un día al habla para intentar -fallidamente- que el suscrito "cambiara de celular".  Su tranquila vida de jubilado -en un balneario de la Costa de Oro ubicado a 67 km de Montevideo por la Ruta Interbalnearia- se vió alterada por esa circunstancia. La cuestión fue que ni Chiche ni yo cambiamos de número, en su lugar, comenzamos a tener un rico intercambio que nos llevaría a concretar una obra que ninguno pudo imaginar aquel día en que recibí su primer llamado. Este “Chiche” sería el responsable de un espacio público ganado en aquel rincón canario, para orgullo y disfrute de los vecinos de Santa Lucía del Este...

martes, 31 de mayo de 2016

Pibes chorros

Fuente imagen: prtarg.com.ar
La moto rugía su escape libre por las calles de Montevideo, la mano apretaba el puño del acelerador en procura de lograr la mayor potencia posible. La adrenalina corría por las venas jóvenes de dos adolescentes que manejan alterados, fugándose del patrullero. A pocas cuadras del lugar se cometió una rapiña a un motociclista, las unidades están alertas. La voz de alto que no se acata, el arma que se desenfunda y empieza a disparar para cubrir la huída. Las luces titilan cada vez más cerca, la sirena policial parece un lamento que anticipa el desenlace. Las balas ya surcan el aire de un barrio acostumbrado al paseo de la muerte por sus calles y pasajes. La certera bala pone fin a la persecución, caen conductor y pasajero, pero el peligro aún acecha. Es la vida de uno u otro, ya no hay regreso, no hay oportunidad. Es el enfrentamiento final, esa batalla a la que se juegan algunos jóvenes (casi niños), que salen a ganar o a perder. Es la “yuta” contra los “pibes chorros”; son ellos o nosotros, comentan algunos sin saber que somos todos...

viernes, 27 de mayo de 2016

Todos víctimas

La Justicia laudó, en forma inobjetable y en tiempo récord, la libertad y archivo del caso del comerciante que diera muerte a dos jóvenes que fueron a rapiñar a su comercio, munidos de un arma de fuego. Era el cuarto intento en pocos días. Era la cuarta amenaza que sufría, el cuarto encañonamiento que padecía a manos de un joven delincuente que salía a ganar sin medir pérdidas. El fallo judicial contó con la bendición de una sociedad que reclama mano dura contra la delincuencia. Es que esa mano dura es la primera reacción, la que cualquier persona decente piensa y ejecuta sin pensar en las consecuencias.  Es la ley del ojo por ojo; el bronca, rabia, angustia y miedo. Todo junto en mezcla peligrosa que deja marcas imposibles de borrar y menos, de sobrellevar. Es el instinto de conservación, ese que impulsa a defenderse, a protegerse. Ese impulso que llevó a un comerciante a responder y defenderse de un atraco al que estaba siendo objeto amenazado con un arma de fuego. Un hecho que también lo convirtió en víctima, puesto que una vez consumada la acción irreversible de sus actos, quedó sumido en la desesperante situación de cargar con dos muertes jóvenes. No se puede esquivar ese punto, no se puede ser tan insensible a la hora de emitir un juicio o una opinión. No se puede obviar que hay múltiples víctimas a partir de este hecho que no es el primero y que -desgraciadamente- tampoco será el último. No se puede ignorar que son todos víctimas...

martes, 17 de mayo de 2016

Montevideo ¿se puede?

Pasaron días, muchos días, y él seguía intacto, sin cambios. Desbordante, hinchado, lleno en exceso, superando ampliamente su capacidad operativa. Pero seguía allí, inamovible, resistiendo el uso, o -más bien- el abuso. Con su estampa en franco deterioro, símbolo urbano de una teoría que hace de las ventanas rotas su “leitmotiv”. Son esos personajes de latón que ya no resisten más pisadas y se entregan indefensos al consumismo de un país que demuestra con ellos lo peor de los excesos. Son los contenedores de mi barrio, de todos los barrios de Montevideo. Un Montevideo que “se pudo”, como quedó demostrado por estos días tras una emergencia operativa que demoró mucho tiempo en implementarse. Hoy siguen luciendo rotos, abollados, despintados, sucios, afeados, pero vacíos al fin. Y sus entornos -esos que hacían parte del bochornoso espectáculo de inmundicia desperdigada- también aparecen limpios y barridos. Por eso es que animo a decir que “Montevideo se puede”... ¿se podrá?

miércoles, 11 de mayo de 2016

Made in China

Una compra de uniformes del Ministerio del Interior generó la iracundia blanca y el automático pedido de informes para conocer qué extraño impulso antipatriota llevó a Bonomi a elegir la ropa china antes que la nacional. Hasta ahí cualquier desprevenido podría pensar que los descendientes de Herrera volvían por la revancha del viejo caudillo que si algo tenía de bueno era su profunda defensa nacionalista no tanto por la divisa blanca propiamente dicha, sino por la defensa inclaudicable de la soberanía nacional. Hasta el Tribunal de Cuentas objetó la compra y ni lerdo ni perezoso el senador Lacalle Pou blandió la pluma para pedirle cuentas a Bonomi por semejante atropello.