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jueves, 6 de agosto de 2015

El relato no tiene quien lo escriba

El Peruano - Diario Oficial de Perú
A pesar que hay quienes se atreven a hablar de una década perdida, la realidad es diametralmente diferente a esa afirmación y existen datos que lo avalan claramente. Las brechas que se acortaron de pobreza son un indicador que bastaría para derribar ese falso relato, sin embargo el mismo tiene pantalla, tiene micrófonos y -por consecuencia lógica- tiene un público que se nutre de esa falsa afirmación. Este solo ejemplo basta para preguntarnos sobre la carencia de un relato que transmita los resultados de una “década ganada”, (veraz y objetivo), que permita reconstruir la realidad que transcurre  durante un gobierno, sea cual sea su color. Nos merecemos contar con un espacio, un medio que reúna y difunda sus logros, no para promoción de su trabajo (que bien podría), sino para justificarlo y demostrar el cumplimiento de sus promesas de campaña. Su no existencia permite que otros le escriban el relato y lo hagan pecando de un subjetivismo propio de quienes tienen otros intereses, incluso, intereses políticos partidarios. 

jueves, 30 de julio de 2015

¿Qué se pesca por las redes?

El Siglo XXI es el siglo de las comunicaciones, nadie lo discute. Este tiempo que transcurre lo vivimos al ritmo del facebook, twitter, whatsap, instagram, y otras tantas plataformas informáticas de uso social que nos marcan el día a día. Al punto que nos sentimos protagonistas de las mismas, generamos contenidos, y nos posteamos para hacer visible lo que hacemos y hasta lo que no hacemos. Tanta exposición nos ha dejado flancos indefensos, espacios privados que se han achicado al punto de generar -involuntariamente- vulnerabilidades no buscadas y menos, imaginadas. Hoy ese miedo virtual que se ha instalado lleva a dudar de un acuerdo como el del Plan Ceibal con Google, siendo que no tenemos tanto reparo al acordar -con la misma empresa- de forma cotidiana e individual cada día cuando generamos un correo electrónico o utilizamos su motor de búsqueda en nuestros PC's, o en nuestros bolsillos  con los teléfonos móviles. Redes cuya principal presa somos nosotros mismos, peces virtuales que nos dejamos atrapar sin resistencia hasta que un día nos vemos envueltos en sus hebras, atrapados y atados para siempre a su adicción de sentirnos parte de ellas.

jueves, 23 de julio de 2015

“Locademia” de sociología

Ni Robocops ni máquinas vigías

Una ponencia de la carrera de Sociología presentada días pasados en  el III Congreso de Sociologia y que fuera noticia en La Diaria (artículo: “Robos, mentiras y videos”), hizo referencia al sistema de videovigilancia instalado en varias de zonas de la capital (y del interior del país). En la misma se destaca una suerte de estigmatización al delincuente (“difaman la figura del delincuente”, afirman en la misma), junto a la creación de una imagen positiva de la Policía (¿acaso pretenden que se genere una imagen negativa?). Lo cierto es que no pudimos leer la ponencia y solo accedimos al artículo de prensa, el cual si bien es referencial, las breves definiciones que aporta el cronista bastan para emitir un juicio de opinión al respecto. Parece una alienación lo que afirman con absoluta convicción, leyendo a la inversa de lo que la gran mayoría de quienes se benefician con el instrumento hacen. Bastaría haber recogido la opinión de la ciudadanía para poder contar con otro punto de vista (quizás el más comprometido con el tema), para conocer la pertinencia de un sistema que aporta seguridad y genera confianza a los vecinos. Sin contar que para la Justicia es un medio de prueba eficaz que deja en evidencia la flagrancia del accionar delictivo. 

miércoles, 15 de julio de 2015

No hay peor ciego

... que aquel que no sabe leer!

Fuente imagen: nguajardo.wordpress.com

El Observatorio Nacional sobre la Violencia y Criminalidad Uruguay del Ministerio del Interior, divulgó un informe sobre la cantidad de personas procesadas en el período 1º de enero al 31 de mayo del año 2015 comparadas con igual período del año 2014. El informe no es más que un análisis en base a datos aportados por la Dirección Nacional de Policía Científica sobre aquellas personas que cometieron algún delito y -sometidas a la Justicia- fueron procesados con  o sin prisión. El estudio, de los tantos que produce el Observatorio, no significa la presentación de las estadísticas sobre delitos ni mucho menos. Es simplemente un informe sobre cinco meses del año y sobre el punto específico de los procesamientos acaecidos. Sin embargo hay quienes interpretan en ese informe un adelanto “parcial” de los datos de la criminalidad uruguaya, cuando en puridad el informe es claro al respecto sobre el objeto de su análisis. No hay peor ciego que aquel que aún cuando posee intacta su visión, no sabe leer o -lo que es aún peor- interpreta como le conviene.

martes, 7 de julio de 2015

Hoy más que nunca: FA

Me crié en dictadura, junto a mi generación nacimos tarde a la vida política. La censura y los comunicados de las Fuerzas Conjuntas eran cosa de casi todos los días. Me crié haciendo largas colas esperando el camión cisterna de ANCAP con el keroseno para aquella vieja estufa Solmatic de rulos y el brillante Primus con que mi vieja cocinaba los alimentos. Me crié escuchando hablar de carestías, de vedas, de escasez. Me crié con mi  familia ganando salarios de hambre, viviendo en un apartamento de un dormitorio donde nos arreglábamos como podíamos cuatro personas. Me crié con mi viejo sufriendo la huelga general, mi vieja cosiendo para afuera y viendo la heladera vacía un día sí y otro también, pero con el orgullo de poder decir que nunca nos faltó un plato de comida en la mesa. Me crié escuchando de ajustes fiscales, de acuerdos con el FMI, siempre ajustando para abajo y hasta donde el cinturón alcanzare. Por aquellos tiempos no había derecho al pataleo, en realidad no había derecho. Me crié viendo a compañeros caer en las razzias sin razón, me crié sin poder dejarme el pelo largo a riesgo que me rapara la Policía. Me crié sin derecho a olvidarme la constancia laboral, a riesgo de terminar preso... Pero un día llegó la democracia. Como pudimos nos la fuimos arreglando y ganando espacios en una forma de gobierno que nació renga pero que fue mejorando su andar sobre la marcha. Y con ella fue creciendo la herramienta del cambio, aquella “fuerza constructora. Obreros de la construcción de la patria del futuro que soñamos...” al decir del Gral. Seregni en sus primeras palabras tras ser liberado. Pasó el tiempo, pasaron gobiernos de colorados y blancos, y aquella fuerza siguió acumulando para hacer posible el sueño de llegar al gobierno. No hubieron tanques rusos, no se llevaron a los niños del país. Pasaron crisis internacionales y lejos de achicarnos, crecimos. Sorteamos el primer gobierno con nota, lejos de la recesión y con crecimiento acumulado. Vino el segundo gobierno y con Pepe obtuvimos destaque internacional y seguimos creciendo. Hoy nos enfrentamos a un nuevo desafío, el de profundizar los cambios sin dejar se perder la identidad propia de aquella “fuerza constructora” de una patria que empieza a sentir como real ese futuro que soñamos.

lunes, 29 de junio de 2015

Como volverlo a ver...

Agustín Juncal y el Perro Gil
Él partió hace mucho tiempo... demasiado. Casi 30 años ya, (28 para ser precisos), casi tres décadas que se fueron volando pero que no alcanzaron -ni alcanzarán- para olvidarlo. Sigue estando entre nosotros porque hasta parece que fue ayer que lo veíamos con su caminar a saltitos y sus expresiones tan propias que impiden la desmemoria. Todavía recordamos su timbre de voz, su risa nerviosa con mueca incluida, su humor absurdo, su cultura general impropia de una generación amordazada por la dictadura. Un gran jugador de fútbol, con moña corta y potente zurda, que lo hacían diferente a la hora de elegir un refuerzo para el picado de fútbol. “Hungría es nuestra”, era su canto de victoria cada vez que se disponía a hacer una de las suyas, que hicimos nuestras con el tiempo. Allí parecía estar otra vez, con su pelo enrulado y despeinado, su barba irregularmente incipiente, su lozanía indemne, aquella que lo identificó siempre y que permanece grabada en mi memoria. Su estampa regresaba otra vez, íntegro y feliz para quedarse delante mío, con su risa intacta y las expresiones que jamás pude olvidar de aquel amigo mío. Fue una experiencia increíble, algo así como volverlo a ver...