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Opacidad informativa
Tras la producción de nuevas muertes violentas en cárceles, tuvieron la desfachatez de decir que estaba "todo normal", cuando la realidad les pegó en el rostro de la peor manera. Lejos de humanizar el sistema carcelario lo han deprimido con una gestión que apuesta al encierro y que de dignidad tiene solo el nombre (y prensa amiga que los promociona).
El hacinamiento ha superado los niveles con que recibieron la gestión y hoy se encuentra en niveles críticos sin atisbos de solución en el corto ni mediano plazo. La escasez de recursos para invertir en cárceles para la construcción o recuperación de nuevas plazas penitenciarias que alivien el punto, está lejos de tener un norte próximo. Todo indica que seguirá -por mucho tiempo más- una situación de riesgo creciente donde las advertencias del Comisionado Parlamentario - Juan Miguel Petit- terminarán confirmándose.
En ese ambiente de tranca permanente y pocas actividades productivas, cuyo peor ejemplo lo tenemos en la ex cárcel modelo de Punta de Rieles, devenida hoy en un centro de privación de libertad donde prima el encierro, las posibilidades de rehabilitación tienden a cero. Aquel ejemplo de pueblo penitenciario iniciado con la gestión de Rolando Arbesún y potenciado luego con la de Luis Parodi, ya es historia. Hoy en ese lugar prima la tranca antes que las actividades productivas y eso conspira contra la normal actividad impuesta en aquel establecimiento modelo en la región.
Con un nivel de violencia en aumento, donde las muertes en cárceles ya superaron las del año pasado, nada indica que la situación mejore con las medidas que se vienen aplicando, mientras el hacinamiento sigue su tendencia creciente. Más presos, menos actividades, más violencia.
Cosas raras y la LUC
Vaya si dedicaron tiempo y saliva, siendo oposición, a criticar sin fundamentos la gestión del Ministerio del Interior, y -principalmente- la gestión penitenciaria. Sin embargo, hicieron parte de una profunda reforma que dio nacimiento al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y la construcción de miles de plazas penitenciarias que pusieron fin a un hacinamiento carcelario de varias décadas. Todo eso no fue reconocido nunca por la nueva administración que se dedicó a argumentar que encontraron todo mal y que "no se había hecho nada" en la materia. Falacias absolutas que algunos pocos han sabido desmentir convenientemente. El blindaje mediático ha sido cómplice en dejar por cierto un relato que se cae con la infinidad de archivos que existen.
Pero, hay cosas raras que están ocurriendo hoy y que se caen por su propio peso. Tal el caso de la reciente "recaptura" de un narco del departamento de Colonia, de cuya fuga nos enteramos pasadas dos semanas y pico de producida. A muchos nos vino el recuerdo de la fuga del narco italiano Rocco Morabito, de la que tantas gárgaras hicieran (hasta hoy) las actuales autoridades.
Pero vayamos al caso de este uruguayo que se fugó sin que lo informara el Ministerio del Interior (primer detalle), sino hasta pasados muchos días de producida la misma. Un segundo detalle sería luego el reconocimiento expreso del propio Ministro de que "uno se nos escapó" (a Bonomi lo criticaban por decir mucho menos que eso), que se "había fugado por la puerta del ex ComCar… y que se haría una investigación al respecto" (palabras más, palabras menos).
Tras casi 15 días fugado, una muy mediatizada "recaptura" en un bar del Cordón (Montevideo), terminaron con el desmentido de lo expresado por el Secretario de Estado antes y confirmando -según la versión del fugado- que no se escapó por la puerta principal de la Unidad Nº 4 de Santiago Vázquez (ex ComCar), sino mediante la rotura de un cerco perimetral. Todo informado según la nueva modalidad que tiene este gobierno, a través de las redes personales de las autoridades.
Ahora bien, ¿nadie -en esos casi 15 días desde la fuga- inspeccionó los cercos perimetrales para confirmar ese extremo de rotura? ¿Recién lo confirman tras los dichos del delincuente capturado? ¿La guardia perimetral - que es militar- no observó nada? ¿Aceptarán sin más su responsabilidad? Todo muy raro; diría que hasta increíble, por lo burdo.
Cuando ocurre una fuga, deben ser de las primeras acciones a tomar la de inspeccionar los perímetros, y más si ello involucra a una fuerza externa a la cartera como son las FFAA, que son las encargadas de la custodia perimetral. Es inverosímil aceptar que hayan pasado casi dos semanas de la fuga de un peso pesado del narcotráfico uruguayo, sin que nadie reparara en un cerco roto. Mucho más increíble es que el Ministro de por cierta la declaración del delincuente recapturado y la fundamente aportando fotos de un cerco roto y ropas entre el pasto, como si recién ahora fueran encontrados. De ser así, debería echar a todo el personal penitenciario y pedir a su colega de Defensa que haga lo propio con la guardia perimetral militar.
Lo que se conoció después de la captura y ante la versión oficial que divulgó el propio titular de la cartera, es digno de una película. Según esas versiones -cuyo origen serían chats del personal penitenciario- dan cuenta que el protagonista de esta historia a pesar de su profuso prontuario delictivo y peligrosidad, en pocos meses obtuvo una comisión laboral como mozo del Casino de Oficiales en el horario de 14 a 22 horas. Es decir, atendía a la oficialidad del centro penitenciario y atravesaba portones de varios módulos hasta las 22 horas cada día. Suponemos que fuertemente custodiado… hasta que se fugó por la puerta, claro!
Porque los mismos chats que circulan, afirman que la fuga se dio por la puerta principal del centro penitenciario y desmienten la versión del Ministro.
Comentan incluso que en el bar donde fue a tomar una gaseosa y pagó con un billete de $ 2.000 dejando el vuelto de propina, le cargaron el celular desde el que hizo la llamada para que lo vinieran a buscar porque se entregaba.
Rápidamente, también, salió el subsecretario -que ya no cuenta los crímenes como antes sino que a la mayoría los considera ajustes de cuenta- a justificar un artículo de la LUC (el que pena la autoevasión). Una maniobra que bien podría interpretarse como deslizó en un tuit el periodista Gabriel Pereyra:
"Idea para mal pensados: una posible explicación de la misteriosa fuga. Se va, arreglas la entrega y luego en base a eso salís a reivindicar un artículo de la LUC que JUSTO habla de la evasión. Y si con eso jodes a un par de soldados, son carne de cañón."
Son muchas razones que dan crédito a un relato que desmiente al ministro Heber, a quien -seguramente- le tiraron fruta podrida.
Es cierto que estamos en épocas de nieblas y neblinas, elementos climatológicos que son esperados siempre por los delincuentes para cubrir sus fugas.
También, son épocas de mucho humo, que sirven… ¡para lo mismo!
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