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domingo, 25 de octubre de 2020

Al avión! Al av…

Una semana para el olvido tuvo el Ministro del Interior en el comienzo de la segunda quincena de octubre. Los homicidios disparados mientras insiste en el absurdo de querer torcer la realidad que padecen muchos uruguayos que siguen sufriendo la delincuencia junto a la pandemia. Que los delitos vienen bajando solo lo percibe el Ministro y una claque que cada vez se reduce más, ante el impulso de los hechos mismos. Un día tras otro los crímenes y rapiñas empiezan a movilizar a los vecinos en los barrios de Montevideo, principalmente. Varios colectivos se han hecho sentir con movilizaciones que reclaman más patrullaje y presencia policial ante lo que perciben como un aumento de la criminalidad que los afecta en su entorno más cercano: el barrio. Y no solo en Montevideo, porque en balnearios de la Costa de Oro también empiezan a mostrarse impacientes ante un recrudecimiento de los delitos que no parecen ser registrados por la cúpula de la cartera que sigue pregonando bajas que solo ellos perciben. Y para matizar una semana con metidas de pata incluidas, donde el periodista Gabriel Pereyra denunció el aumento de casos de desalojos a mano armada en varios barrios de la capital, el Ministro anunció el pase a Fiscalía de esa denuncia en una muestra de absoluta ajenidad mezclada con ingenuidad o directamente desconocimiento de lo que sucedía en los barrios de la circunscripción más importante del país. En un tiempo no tan lejano, los Operativos Mirador daban cuenta de esa actividad y ponían fin –en acciones interinstitucionales que incluían a la Policía, Fiscalía, Intendencia, Alcaldías, y empresas públicas- de bandas criminales que asolaban a los vecinos y se hacían de sus viviendas a punta de pistola. Pero en medio de tanta pálida una buena; casi media tonelada de cocaína fue incautada en un campo de Tacuarembó. Un gran golpe al narcotráfico, si no fuera porque a pesar de los escasos mil y pocos metros que los separaban, dejaron partir a la avioneta que transportó la droga, en una acción que pocos se explican y que muchos menos, entiende.

La isla de la fantasía

“El avión!!! ¡El avión!!!” … era el grito del recordado Tatoo, anunciando la llegada de los visitantes a la famosa Isla de la Fantasía, serie televisiva de finales de la década del 70 y principios de los 80, con Ricardo Montalbán como el anfitrión. El recuerdo me vino a la mente para forzar una situación parecida con la “Operación Gallego”, recientemente llevada a cabo por la Policía Nacional en el límite entre Tacuarembó y Salto donde un cargamento de 450 kg de cocaína fue incautado tras un operativo que insumió un trabajo de inteligencia previo de varias semanas con varias decenas de efectivos policiales apostados en el lugar. ¡Claro que en esta escena la frase sería: “Al avión!! Disparen, al avión!!!”

Todo hubiera sido perfecto si no se hubiera divulgado el video del momento en que los narcotraficantes descargaban la droga de la avioneta y la subían a una camioneta. Filmados desde unos mil doscientos metros aproximadamente según palabras del propio Director de la Policía Nacional. Y si bien los detalles posteriores indican que lo hicieron en unos seis minutos aproximadamente, llama mucho la atención que no se hubiera intervenido a tiempo para impedir que la avioneta fugara como lo hizo, evitando con ello que el golpe fuera todo lo impactante de otros tantos operativos similares en que intervino la Policía Nacional.

El tema del avión no es un tema menor, resulta un medio valioso para la organización, al igual que el piloto; la incautación de la nave junto con la detención del mismo, dañan mucho más que la requisa del cargamento, sin desmerecer esa prueba, por supuesto. Cuando se planifica una operación de este tipo se estudian todas las variables posibles para anular el despegue. En operaciones parecidas a esta de Tacuarembó, los francotiradores practicaban con modelos similares para dañar el motor de la aeronave. Incluso es bueno recordar que la Unidad Aérea de la Policía Nacional cuenta con unidades que fueron incautadas al narcotráfico, con lo que también vale considerar la importancia que tienen como instrumento que bien podría sumarse a la flota policial.

Una fuga de película

Si el video divulgado por las autoridades sobre la descarga de la droga desde la avioneta daba para pensar sobre la oportunidad de la detención e incautación no solo de la droga sino también de la aeronave y su piloto, la que se conoció luego sobre la insólita fuga de la misma resulta más insólita. Si no estuviera filmado, desde lo que se supone es un puesto de observación de uno de los grupos que intervino en el operativo, sería muy difícil de creer que eso realmente ocurrió.

Algo sí es cierto, la distancia de unos 1.200 metros aproximada, desde la que los observadores policiales visualizaron toda la operación antes de intervenir. Una distancia que hacía perfectamente posible (y así lo delata la larga experiencia acumulada por la Policía Nacional en operaciones similares), la interceptación de la avioneta con la intervención de francotiradores apostados y entrenados especialmente para ese tipo de acciones. Fueron varias las operaciones de este tipo que llevó adelante la Brigada Nacional Antidrogas, comandados entonces primero por Guarteche y luego por Layera, que dieron cuenta de sendas incautaciones de droga con sus respectivas aeronaves, una pieza fundamental para la organización delictiva que es de suma importancia retener si en verdad se quiere apostar al éxito de una operación de ese tipo.

Las imágenes son elocuentes, la dotación del helicóptero militar desembarca cuando la avioneta había encendido sus motores y empezado a carretear por un terreno harto dificultoso que hacía presumir una rápida acción que abortara su intento de fuga. Varios efectivos saltan del helicóptero y empiezan a perseguir la nave, acción en la que puede presumirse realizan disparos contra la misma. Pero a poco se detienen, la avioneta sigue su curso intentando despegar y el helicóptero no realiza intento alguno de perseguirla para interceptarla (desconocemos si lo hizo luego ya que la grabación culmina con el seguimiento del avión ya en el aire). 

Otro detalle más insólito aún es que los observadores apostados –los que grabaron el video de marras- no hayan intentado ninguna acción en procura de detener la aeronave mientras estaba en tierra o carreteaba buscando impulso para despegar. Eso revela la ausencia de un francotirador apostado allí –a una distancia más que idónea para intervenir y dar cobertura a los efectivos en tierra que pudieran actuar- pero todo ello si se hubiera planificado, algo que el propio Director de la Policía Nacional dio a entender que no se hizo al informar que la Policía no cuenta con armamento idóneo para esa operativa.

¿Dónde están los Peregrino?

Parece un contrasentido que el avión se les hubiera evadido sin más, y sin disparar un solo tiro que impidiera el carreteo por una pista irregular como esa y encima, que se argumente falta de armamento idóneo para hacerlo. Y dicho nada menos que por el Director de la Policía Nacional, lo cual lo expone a la pregunta inmediata de querer saber dónde está el armamento adquirido por la gestión anterior y que tiene el poder de fuego que dice carecer hoy el Policía Nº1 del Uruguay.

Como para todo hay archivo, basta recordar una nota de prensa del 8 de febrero de 2015 “Ser francotirador en el Uruguay” (ver nota), donde se hace referencia al armamento en poder de la Guardia Republicana, fuerza especial de la Policía Nacional que tiene entre sus integrantes la figura del “sniper” o francotirador:

“La Guardia Republicana uruguaya tiene en su poder varios fusiles de francotirador, entre ellos un Dragunov. Sus francotiradores disparan también con los austríacos Steyer y los Imbel 762 de origen brasileño. Algunos tiradores se especializaron en el fusil antimaterial denominado Peregrino, calibre .50, un arma capaz de destruir un automóvil a 1.500 o 2.000 metros. Se trata de un fusil poderoso, creado por un ingeniero uruguayo.” (El País, 8 de febrero de 2015)

Sobre estos últimos – Peregrino – tengo presente su proceso de confección y posterior adquisición de 5 unidades que fueron destinadas para la Guardia Republicana (4) y Brigada Nacional Antidrogas (1), y que tienen el poder de fuego necesario para perforar el block de un motor hasta una distancia de entre 1.500 y 2.000 metros. La misma distancia desde donde estaban apostados quienes filmaron el avión bajando la droga.

O quizás podamos ir más lejos en el tiempo (año 2003) donde un francotirador puso fin a un espectacular operativo antidrogas según consignó LaRed21 en nota citada por Gabriel Pereyra en su cuenta de Twitter.

De aquel “exitoso golpe al narcotráfico” a estas dudas posteriores por la ausencia de una acción eficaz que impidiera el despegue de la aeronave, pasaron varias argumentaciones previas a la de la falta de armamento idóneo. Una fue que no hay un protocolo (la ley aún no está reglamentada), para aplicar la ley de derribos recientemente aprobada en la LUC. Claro que olvidaron un detalle, para derribar un avión es necesario que esté en vuelo y en este caso hubo tiempo suficiente para detenerlo sin que ello se produjera. Estuvo en tierra un tiempo más que necesario para no permitirle carretear siquiera en aquel terreno irregular que demoró –aún más- el despegue. Luego nos enteraríamos que la verdadera razón de esa evasión, sería la ausencia de armamento idóneo para impedirlo y -por consiguiente- de francotiradores apostados para ese fin.

Ahí es donde nos surgen otras interrogantes que debería responder el Ministro, y es saber el destino de ese armamento que fuera adquirido por las anteriores autoridades, armas que hacen (hicieron al menos) parte del acervo armamentístico de la Guardia Republicana. ¿Dónde están y cómo están los Peregrino .50 (punto cincuenta)?; ¿dónde están -y en qué condiciones- los Dragunov, Steyer e Imbel 762 que citaba aquella nota de prensa de El País? Y si se quiere, también, ¿por qué ya no se utilizan francotiradores en los operativos antidrogas?

Muchas preguntas que deberían responder antes de querer impresionar positivamente con una gestión que viene haciendo más alardes que méritos…

el hombre revisaba el inventario,
el perro buscaba un rastro


2 comentarios:

  1. Son las FFAA y policía formadas durante los últimos 15 años, timoratos irresolutos, con miedo de actuar (no todos) y FFAA con aeronaves viejas y obsoletas, falta de entrenamiento de vuelo (recuerda los dos accidentes en un lapso de 3-4 días). Con miedo de actuar. Ese piloto no se recibió este año, seguramente tiene varios años de egresado, lo mismo los policías. He hablado con gente de las dos instituciones y queda claro que la falla fué de los policías. Tenían que haber disparado al.motor, a las ruedas y al piloto si era necesario. Eso es falta de entrenamiento, de concientización y de confianza en los mandos, es miedo a lo que pueda pasar si mata a alguien. Cuántas avionetas habrán entrado en estos años? Te he pasado bastantes reportes de cargamentos capturados en Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia . Te voy a pasar más. La inteligencia lo sabía, y los Ministros de Defensa del FA también. Se les informaba todo. Pero no daba votos comprarle equipo y darle entrenamiento a las FFAA....

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  2. Esto ya sucedió en el departamento de Durazno en la década de los 60.

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