Fuente imagen: espectador.com |
El más popular vendedor de electrodomésticos de Uruguay se llama Carlos Gutiérrez, y sin contar con un dato real de sus ventas, el olfato perruno me dice que no le erro en el calificativo. Basta con visitar sus locales para ver el flujo constante y permanente de miles de uruguayos que hacen de sus productos los más apetecibles a la hora de adquirir confort. Otro que también es exitoso es Atilio Cazajous, (CYMACO), con su inconfundible “uno más para atender”, hizo de las ventas de repuestos y accesorios para autos una marca registrada.
Pues bien, estos señores, tienen la llave para darle solución a la venta de entradas nominativas en el fútbol uruguayo.
Voy a la cancha o lo miro por TV
La televisación de los partidos de fútbol -dicen los entendidos- junto a los incidentes ocurridos fuera (y dentro de la cancha), han menguado la asistencia del público uruguayo a los escenarios deportivos. Nadie se quiere arriesgar a ser parte de un episodio violento por la simple razón de haber estado en un estadio gritando un gol del cuadro de sus amores. La familia ha abandonado las tribunas y -salvo los partidos de la selección- es cada vez menos frecuente su presencia en las gradas.
De ahí la primera ocurrencia referente a una de las soluciones que aporta el popular vendedor de la calle Colonia, en cuanto a la gama de televisores (cada vez más finos, cada vez más grandes y cada vez más baratos), que ofrece como alternativa a concurrir a ver los espectáculos de fútbol en vivo. La opción televisiva se presenta como segura y atractiva, para quienes no desean vincularse a un episodio de violencia ocasionado por un simple partido de fútbol. Claro está que tampoco luce atractiva esta opción si lo que se ofrece son partidos con incidentes en las tribunas (protagonizado por hinchas violentos), o en el propio campo de juego (protagonizado por los jugadores). Pero aún en el caso de que esos hechos no ocurran con la frecuencia de antes (es notorio que han mermado y en cambio se han trasladado a las afueras de los estadios), generaron un acostumbramiento significativo en una porción considerable de la población que antes eran espectadores en las tribunas y ahora pasaron a serlo a través del led.
Existe una clara intención de las autoridades del fútbol y del Gobierno, junto con las de los equipos intervinientes, en terminar de una buena vez con los incidentes en los escenarios deportivos. Y en tal sentido se han implementado medidas que apuntan a “aggiornar” las reglamentaciones al respecto con la normativa FIFA, (estando lejos aún de su concreción plena).
El camino se hace al andar y en eso están trabajando las partes involucradas. La medida de identificar a los hinchas que asistan a un espectáculo deportivo con su cédula de identidad (cuyo nombre y número figuren en la entrada), tiene por finalidad la eliminación de los “anónimos” que eran protagonistas de los peores actos de violencia que registra la historia de nuestro principal deporte (sin ser menos, también el básquetbol compite por ese triste galardón).
En la instrumentación de dicha medida se vienen dando pasos importantes al punto que a las primeras pruebas le seguirán otras que reportan a un programa de incorporación paulatina de más escenarios que permitirán la instrumentación del sistema (hoy se aplica exclusivamente al Estadio Centenario y al Gran Parque Central), con la participación de una de las redes de cobranza (Red Pagos), y el soporte técnico de ANTEL a través de su plataforma TICKANTEL.
Sin ser la panacea, el sistema se consolida sin dejar de tener algunos inconvenientes que lo hacen vulnerable a la hora de su implementación definitiva. Si algo tienen claro los impulsores es que no habrá marcha atrás y por ello es que se exploran soluciones que permitan ir venciendo los “defectos” de turno que aparecen.
Así pues uno de los últimos detectados surge por la expedición de entradas en el lugar del encuentro y hasta dos horas antes de iniciado el mismo. El trámite es bien sencillo, pero el sistema de carga y consulta de los datos lleva a tiempos de expedición que se deben minimizar más, para cubrir las expectativas de los hinchas (y también de los socios), que deciden ir a última hora soportando largas demoras para adquirir su entrada.
En el mundo esto no pasa porque ya FIFA lo solucionó eliminando la venta de entradas en los escenarios donde se disputan los encuentros, pero estamos en Uruguay y acá -aún con la globalización ya consolidada- los tiempos son más lentos. Y lo son mucho más para cambios culturales como este de dejar de ser anónimo a la hora de ir a ver un encuentro de fútbol o -lo que parecería mucho más fácil- sacar la entrada con anticipación.
La cuestión que esos tiempos se podrían minimizar bastante si se aplicara la solución que Carlos Gutiérrez utiliza en sus locales, con una terminal inalámbrica que portara un funcionario para que fuera recabando los números de cédula de identidad de los componentes de la cola de una boletería. Cuando llegaran a la ventanilla, la entrada ya estaría emitida, (como lo está la factura que tengo que pagarle a Don Gutiérrez cada mes).
“Muchos” más para atender!
Otra posibilidad es la que ofrece Atilio Cazajous (CYMACO), con un asistente que, (sin la herramienta tecnológica del vendedor de electrodomésticos referido), se las ingenia para poner orden y agilizar el flujo de clientes.
Ni una ni otra son una solución mágica, tan solo la muestra empírica de que hay soluciones posibles para minimizar los defectos de una modalidad que vino para quedarse y que -lo más importante de todo- pretende constituirse como una herramienta que abone a la seguridad en los espectáculos deportivos con todos los espectadores identificados.
Sin lugar a ninguna duda que la solución pasa por tomar conciencia -todos los actores involucrados- acerca de un sistema que requiere el compromiso principal de adquirir las localidades con anticipación suficiente que eliminen por completo las tediosas e interminables colas que se padecen en los estadios o en los puestos de venta, con el agregado de algún altercado producto de la impaciencia por demoras ocasionales.
Ya vendrán los tiempos en que la tecnología solucione todos los inconvenientes pero, mientras tanto, hay que paliarla con una buena comunicación que promueva la adquisición temprana de entradas y así contemplar los intereses de todos.
O bien hacemos eso o tendremos que pedir auxilio a los exitosos vendedores uruguayos copiando su sistema de pre-facturación o contratando un asistente de fila para cada boletería al grito (modificado) de “muchos más para atender!!”
el hombre hacía la cola,
el perro esperaba en la puerta del local...
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