Fuente imagen: espectador.com |
Se los digo a mis amigos cada vez que nos juntamos a ver a la celeste, y alguno de ellos me responde que solo se bajonean si pierde Peñarol. Tanta "desuruguayez" junta me repugna pero sin dejar que se me note porque al fin de cuentas siguen siendo mis amigos.
Es que para mí -desde muy chico- la celeste es lo máximo en materia deportiva. El único equipo capaz de lograr cosas imposibles como juntar a los extremos para alentar al equipo de todos. Con ese sentimiento en común dimos nacimiento a Pelota al Medio a la Esperanza, y la consigna no cambia a pesar de los magros resultados. Será porque al fin de cuentas esto es un juego y aunque a todos nos guste ganar, hay que saber aceptar los resultados. De eso se trata aprender a jugar...
Igual reivindico mi derecho al bajón. Soy de carne y hueso, y la celeste me puede... y me duele.
Antes del partido con Chile me ilusionaba con las estadísticas y con Luisito Suárez que le había hecho 4 goles en el Centenario (partido al que fui con mis amigos). Me imaginaba a la celeste jugando diferente de visita, sin la presión local y al contragolpe.
A los diez minutos vi esa pelota llegando al área nuestra... y "tranquiiiiii que no pasa nada" (canté para adentro). Está el Vasquito, me dije... la intentó parar... no!!... Ahí sacala de punta!!; la perdió... pelota al puntero, centro bajo (que encuentra la rodilla de Palito), pifia que se convierte en pase al rival y gol chileno. Diez minutos, solo diez minutos y ya empezamos mal...
- "Palito Pereyra... afrodescendiente querido... ¿en el Inter la pifiás igual?"
Después ni Cavani, ni Lodeiro, ni Ramírez, ni Suárez, ni Tabárez, ni Bauzá, ni nadie la encuentra. No rematamos al arco... no jugamos a nada. ¿Dónde está aquel Uruguay de unos meses atrás? Y el bajón me empieza a ganar en medio de la picada...
Para el segundo tiempo entra Silva por el Vasquito, y la primera que tiene dividida la pierde con el puntero rival. Uruguay sigue sin jugar a nada. Luego Forlán intenta y hace mucho más en el rato que está que en todo el partido los delanteros celestes. El único remate de peligro lo hace un defensa (Silva), que se animó y casi lo emboca a Bravo. Hubo dos penales, uno más penal que el otro (el puño restando el balón de la cabeza de Lugano lo tuvo a Pitana enfrente mismo y nada dijo)... es que Pitana "no pita ná!!"
Tabárez despotrica desde el banco, Suárez despotrica desde adentro y lo amarillan para dejarlo afuera con Venezuela. Egidio la raspó luego para pintarse también de amarillo y acompañar a Luis en la ausencia próxima.
El bajón ya es incontenible. Los minutos pasaron sin respuestas... Nos hundimos en la tabla y a Brasil lo vemos cada vez más lejos. Los brasileros felices, de sentirnos lejos y con ello ahuyentar el fantasma del 50.
No estamos muertos (todavía), pero estamos en el CTI...
Para colmo tenemos que bancarnos a los porteños enrostrarnos que el Papa es argentino... argentino como Pitana que ayer nos cocinó un poquito...
Por suerte me queda el consuelo que Pepe es uruguayo, y -parafraseando al travesti argentino Zulma Lobato- "hasta el Nóbel no para, no para, no para..." (porque mundial no sé si tendremos).
el hombre se bajoneó mal,
el perro se hizo una panzada con la picada...
el perro se hizo una panzada con la picada...
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