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jueves, 21 de febrero de 2013

Mucho más que palabra empeñada

Fuente imagen: seguridadinformacioncolombia.blogspot.com
El 10 de agosto de 2010 se firmó un documento en el que todos los partidos políticos con representación parlamentaria acordaron grandes líneas de acción en materia de seguridad. Respondían así al llamado del electo presidente Mujica por el que solicitaba asignar carácter de política de Estado a varios temas entre los que la seguridad ocupó un lugar de privilegio. Aquel Documento de Consenso marcó una hoja de ruta, (aún vigente), que también se destaca como un acuerdo cumplido.


Efectivamente es así. Bajo estrictas directivas del titular de la cartera - ministro Bonomi- aquel compromiso asumido fue considerado prioritario para su gestión y desplegó una intrincada ingeniería para dar cumplimiento a lo acordado. 

Hoy, llegando al cierre del tercer año, se confirma plenamente aquel compromiso con el resultado a la vista del estricto y cabal cumplimiento de la palabra empeñada en aquella ocasión. Un breve repaso del documento de consenso, fruto del trabajo de la comisión interpartidaria, permite concluir en la concreción de cada uno de los puntos allí acordados que -sin representar toda la gestión de la cartera- demuestra que esta administración honró el compromiso asumido.

Sin embargo, hace pocos días el diario El Observador publicó una nota referida a este punto no sin cierto cinismo, al publicar que "se destaca el crecimiento de los salarios policiales y de las plazas carcelarias, aunque durante el último verano enfrentó motines en los principales centros de reclusión"; ó cuando dice "si bien el gobierno destaca distintas medidas para luchar contra el delito... el año 2012 alcanzó el récord de homicidios: 267" (El Observador - 20 de febrero, pág. 8), marcando un sesgo crítico negativo ante la noticia de un acuerdo cumplido a cabalidad.

Es cierto, lo que pasó, pasó y nadie puede -ni pretende- tapar el sol con una mano, pero ante la confirmación del cumplimiento de un acuerdo cerrar las frases con esas afirmaciones parecen querer atenuar lo destacable y encierran también críticas a los autores del acuerdo. Si la intención era denostar el logro, en puridad lo que se deslizó fue una crítica a la medida original que se destacaba como cumplida. Ergo: el palo o la crítica no es solo al gobierno o la cartera de seguridad, sino a la Comisión Interpartidaria toda que fue la que engendró las medidas ejecutadas por Bonomi.

Con esto quiero decir que muchas veces se pretende un resultado más allá del posible. Porque reconocer el crecimiento de las plazas carcelarias (como hacía mucho tiempo no ocurría en el país), no significa desterrar sin más la posibilidad de la existencia de motines. Porque la existencia de los motines no responden exclusivamente a una sola causa. Y por tal razón y, aún a riesgo de saberse que se iban a seguir produciendo motines, se trabajó (y continúa trabajando) para mejorar las condiciones de reclusión. Si así no fuera nos contagiaría un inmovilismo absoluto de no hacer nada porque, total, igual van a seguir habiendo motines.

El concepto es otro, porque si bien los motines se seguirán produciendo, en la medida que se siga este curso iniciado, las posibilidades y potencialidades de los mismos serán menores. Por lo tanto, sí... hubieron y habrán motines, pero lo bueno es saber que lo que se prometió se cumplió y que con ese trabajo se minimizarán las consecuencias no deseadas.

En otro orden es innegable reconocer los avances en el combate al delito, pero si ello se reduce a contrastarlo con la existencia de los mismos, entonces cualquier logro será poco, porque aún cuando bajen las rapiñas (como está ocurriendo hoy), la cuota mediática siempre es la misma y la reseña de tres, cuatro, cinco rapiñas diarias, se mantiene en los medios de prensa, con lo cual parece que el tema no menguara nunca.

El caso de los homicidios es algo que nadie niega y que el propio Bonomi se encargó muy bien de aclarar cada vez que se refirió al tema. Hoy son los ajustes de cuenta y los homicidios intrafamiliares los que pulsan al alza en las cifras y ello no es responsabilidad exclusiva del Ministerio del Interior, sin que con ello se quiera eludir responsabilidades. Es sentido común. Podremos trabajar en varios frentes y particularmente estamos enfocados en la prevención, pero sin la participación de otros actores sociales seguiremos teniendo resultados altos en ese punto.

En la violencia doméstica también se notó la ironía o crítica, cuando al referirse al tema de las tobilleras (no pulseras) electrónicas, se cierra el cuadro diciendo "pero recién estuvieron en funcionamiento en febrero". Omitiendo decir que en España -ejemplo referente para el Ministerio del Interior- el tiempo de implementación fue mucho mayor y con menos equipos puestos en funcionamiento. Entonces lo que es un logro evidente se lo minimiza al punto de poner en riesgo la idoneidad del instrumento y a su responsable.

Lo que es competencia exclusiva de la cartera es atendido con creces. La respuesta policial ha mejorado, (algo que fue reconocido por importantes actores del propio medio de prensa referido), sin embargo pedir resultados absolutos no parece acertado. Salvo para quienes apelan a obtener un rédito político, que no parecería ser (no debería ser), la razón de un medio de prensa.

Los acuerdos se realizan para cumplirse, y el Ministerio del Interior deja constancia que el Acuerdo Multipartidario sobre Seguridad Pública, se cumplió. 

Cumplido, conste.*


el hombre cumplió el acuerdo,
el perro ladró y dejó su huella ...

*los documentos pueden verse en www.minterior.gub.uy

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