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miércoles, 13 de julio de 2022

Solo sé que no sé nada…

Fuente imagen: La Diaria
No hay mejor frase que le calce al ministro Heber, alguien que es consciente de su propia ignorancia, según confesara públicamente a medios de prensa, a poco de asumir en la cartera del Ministerio del Interior. No obstante lo cual, jamás imaginamos que su desconocimiento fuera de la magnitud que ostenta hoy día. Incluso, que superara la barrera del mínimo conocimiento admisible para asumir una clara y notoria contradicción entre sus colaboradores. Así ocurre en momentos que se presentan cifras del primer semestre de 2022, de forma general sin desglosar y que se contradicen con “otras” cifras que se conocieron el mismo día pero de diferente fuente Ministerial (Dirección de Análisis Criminal). Entonces, no sabemos a quién creerle, si al Ministro o a su dependencia analítica. Asimismo, tampoco muestra conocimientos mínimos sobre el equipamiento que cuenta en la cartera y menos sobre su gestión y mantenimiento, como ocurrió con el hackeo a la Dirección Nacional de Identificación Civil. Por eso lo del título, hoy tenemos un Ministro que en materia de seguridad solo sabe que no sabe nada…

Heber contra Heber

A los dislates argumentales que suele disparar últimamente, se le suman sus contradictorias exposiciones que no resisten archivo. Parece ser que va acomodando el discurso según le parezca o convenga para justificar lo imposible. Así fue que tras meses de negar la incidencia de una pandemia que alteró los índices de criminalidad en el mundo entero, ahora –con los resultados vistos de un incremento absoluto de las cifras de homicidios- no hay mejor argumento que atribuir a la pandemia los efectos que antes le negara para así proceder a compararse varios años para atrás, lejos de la gestión multicolor.

Es que ahora les resulta funcional a sus intereses –al menos para los intereses de Heber- reconocer que hubo una pandemia que alteró las cifras de criminalidad y que hay que compararse con períodos sin pandemia. Algo es algo, diría mi abuela. Al fin reconoce lo que la academia internacional comprobó en informes que ninguna OPP podrá contradecir por más empeño que le pongan.

Es que el ministro Heber no la tiene fácil porque no solo se contradice a sí mismo, sino que contradice a otros gestores de su entorno que siguen ratificando logros como absolutos y propios, negando la pandemia en todo momento… A pesar suyo, por supuesto. Porque el Ministro fue muy claro en conferencia de prensa cuando expresó que “siempre dije que -la pandemia- incidió en la baja de los delitos” (sic). Para agregar luego que no sabe “cuánto”… (Tampoco le vamos a pedir tanto Ministro, sabiendo de su ignorancia en la materia).

Ahora bien, a esas contradicciones dialécticas de los laderos con el titular de la cartera, se suma una más grave y contundente, materializada en un informe de la Dirección de Análisis Criminal del Centro de Comando Unificado de la Policía Nacional. En el mismo se contradicen datos que aportó el Ministro y que hicieron parte sustancial de su exposición, como el dato de los homicidios por ajustes de cuentas, por ejemplo. Mientras para el Ministro representan el 50% de los 188 que reportó para el semestre, para la DAC ese guarismo es inferior y llega al 34%. Es decir que mientras el Ministro justifica la mitad de los homicidios entre gente que “se la están dando entre ellos”, como decía el fallecido Larrañaga; para quienes investigan realmente los homicidios, ese valor desciende al 34% del total, en una clara y flagrante contradicción que suma más dudas que certezas en los datos oficiales.

Eso solo ya es suficiente para relativizar la presentación y poner en duda los datos, ante la falta de unidad de criterio y de comunicación a la hora de divulgar nada menos que las estadísticas de criminalidad. Otro tiro de gracia que le aplican a los datos oficiales y van varios ya.

Por otro lado, el Ministro atribuyó al nivel de obsolescencia del hardware heredado en la Dirección Nacional de Identificación Civil la razón principal de un hackeo sufrido que permitió la sustracción de 84001 pasaportes en diciembre de 2020. Un hecho singularmente grave que se conoce recién a raíz de la contestación a un pedido de informes que hiciera la senadora Silvia Nane. Sí, así como lo lee, más de año y medio después del incidente nos enteramos que fuimos víctima de un ataque cibernético que permitió la sustracción de miles de pasaportes con lo que ello implica.

En momentos que aún está caliente el tema del pasaporte expedido al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset (preso en Dubai y liberado a raíz de la expedición del documento de viaje uruguayo), surge esta otra perla que es una más de un largo collar de inexplicables y escandalosas situaciones de una gestión que está bien lejos de sostener funcionando -medianamente bien- lo heredado. 

Lo cierto es que no se habría tratado de un hackeo sino de imprevisión en las licencias de antivirus de equipos donde se almacenaban los registros sustraídos o perdidos. En tanto, los disparates esgrimidos por el Ministro fueron deshechos por el ex Director Ruben Amato, quien remarcó que se dejó un organismo auditado por organismos internacionales que garantizaron una gestión que modernizó los documentos de viaje y puso al Uruguay en el contexto internacional. Un recorrido que rápidamente se retrocedió llevándonos a niveles de vergüenza internacional con sucesos como los reseñados.

Nos habían prometido los mejores cinco años de nuestras vidas y hasta ahora vienen siendo los peores dos años y medio de un ciclo que muchos alientan que finalice pronto y sin generar mayores daños. No estaban –nunca lo estuvieron- preparados para gestionar nada, mucho menos los destinos del país.

El Presidente dijo que ya no había tiempo para más excusas, y tiene razón. Ahora es tiempo de compararse consigo mismos. Tiempo de hacerse cargo, pero…

Estamos en manos de un Ministro que solo sabe que no sabe nada y lo más preocupante es que, en el tiempo que lleva al frente de la cartera, tampoco aprendió nada.


el hombre prendía la computadora,
el perro le ladraba a un virus…   


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