Fuente: IMontevideo (octubre 2011) |
Hegemonía conservadora
Días pasados, el Soc. Rafael Paternain (nota de La Diaria), mostró su preocupación ante “la idea de desborde”, que ve a la violencia de género como algo inevitable porque- “no se puede tener un policía en cada hogar”.... “Yo creo que este razonamiento es uno de los que sintetizan mejor esta idea de la hegemonía conservadora, que es una manera de disfrazar la falta de voluntad, la falta de conocimiento y la negligencia bajo el ropaje de lo inexorable” (La Diaria – miércoles 12-set.2012).
Cualquier desprevenido que leyó la nota puede pensar cuánta razón le asiste a un experto del comportamiento humano que realiza una ponencia sobre un tema tan sensible para la sociedad uruguaya, que sufre -en los últimos tiempos- un incremento desmedido de muertes por dicha causa. Claro que debiera saber también que quien eso manifestó no es un desconocido, (y mucho menos le cabe alguna exención de responsabilidad), pues supo estar al frente del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior. Y, salvo diagnósticos (algunos recordadamente desmentidos sobre el número de rapiñas que no incluyeron al arrebato de celulares, marcando un incremento notorio de las cifras en su momento), poco se conoce sobre su trabajo al frente de un instituto que cuenta con una especial atención por parte de las autoridades siendo -hoy- un instrumento fundamental en la lucha contra el delito.
Mostrarse ahora preocupado cuando antes no se ocupó eficientemente del tema, parece una ironía inaceptable, y menos aún criticar de manera irresponsable calificando de “falta de voluntad, conocimiento y negligencia bajo el ropaje de lo inexorable” al trabajo que las actuales autoridades y la Policía, vienen realizando sobre el tema.
Son afirmaciones que afectan no sólo a un Ministro y equipo de gobierno, sino también agrede a quienes desde la División Políticas de Género, vienen trabajando en la capacitación pertinaz de los funcionarios policiales para el tratamiento de la violencia doméstica. Un tratamiento que llega tarde muchas veces pero que apunta a mejorar la fase preventiva, que es la realmente importante y la que redundará en beneficios al respecto. Pero esta fase de prevención necesita -acá sí de manera inexorable- de la participación ciudadana. Si quienes están inmersos en la problemática no participan y coordinan adecuadamente con la Policía, ésta no podrá intervenir para prevenir y cuando lo haga será para resolver un caso ya acaecido y que se pudo evitar. Todavía están frescos los insucesos del triple homicida de El Pinar -que pudo evitarse si la víctima hubiera dado su consentimiento para el desalojo del homicida- o el de Punta Gorda, donde – a pesar de la restricción judicial- la víctima dio cobijo en su hogar a quien luego le quitó la vida.
Esto va dicho para desmentir que exista un atisbo -siquiera- de resignación en el tratamiento del tema, pero eso no quita que se sea ingenuo. Si en verdad queremos darle solución a la violencia doméstica, primero debemos ser honestos para reconocer que no es solamente policial la solución y que debe haber un involucramiento del mayor número de partícipes sociales que se pueda.
Si en verdad hubiera resignación -como afirmó el disertante- no se darían los pasos que se vienen dando en una cartera que trata a la seguridad con un sentido integral (con el mayor número de protagonistas) y no sólo policial, para obtener -precisamente- soluciones permanentes.
Tan cierto como que no se puede tener un policía en cada hogar, lo es el hecho que sí podemos tener en cada hogar un representante que practique los valores de convivencia que hoy recordamos con nostalgia y que TODOS queremos recuperar cuanto antes.
Nadie se resigna en este tema y esa “hegemonía conservadora” de la que se habla no tiene lugar en una cartera que si algo ha demostrado en este tiempo, es innovación y creatividad aplicada en la gestión.
Por lo visto, los conservadores son otros, los mismos que critican sin reconocer que alguna vez tuvieron la oportunidad de hacer algo más que ruido...
el hombre preparó el desayuno a su señora,
el perro desenterraba un hueso para Manuela...
el perro desenterraba un hueso para Manuela...
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