Nos
criamos escuchando frecuentemente que “al Uruguay todo llega con retraso”. Era común
esperar pacientemente los estrenos de cine (que llegaban antes a Buenos Aires),
por citar un ejemplo. Todo llegaba con retraso al paisito, y así fue durante mucho
tiempo hasta que empezamos a escuchar hablar de la globalización y con ello
todo se nos vino encima en tiempo real. Ya no hay esperas para conocer los
adelantos tecnológicos y empezamos a incorporarlos casi sin darnos cuenta
merced a esa facilidad que da la globalización que nos permitió acortar los tiempos.