Ya no está Bonomi para echarle la culpa, tampoco son creíbles ya los que tantas veces le echaron la culpa, pues fracasaron con total éxito. La violencia sigue siendo el principal problema por resolver, sin embargo, se la pretendió combatir con ella misma como protagonista. La droga no deja de ser uno de los ingredientes que la promueven, pero no es la única y -quizás- tampoco sea la principal, aunque seguramente tiene un alto protagonismo. La violencia sigue intacta, vive y goza de buena salud. La violencia está enquistada en la sociedad uruguaya y lejos de ensayar algún camino alternativo se sigue apostando a la represión pura y dura que lejos de resolverla sigue fracasando como receta. Los uruguayos nos estamos matando…